El maravilloso verano de Summer McIntosh

La exnadadora Patricia Castro explica a ABC que «McIntosh puede marcar una época, lo que hay que ver a partir de ahora es cómo progresa con el que va a ser su nuevo entrenador, Bob Bowman. Está claro que con Vergnoux como preparador ha evolucionado bien. Summer es uno de esos talentos que surgen cada cierto tiempo. Creo que puede ganar 5 o 6 medallas en Los Ángeles, dentro de tres años».

Katie Ledecky, la mejor nadadora de la historia bajo cualquier parámetro o punto de vista, fue quien empañó lo que hubiera sido un triunfo inmaculado de Summer. La final de 800 libre se planteaba como el duelo entre el pasado y el futuro y la nadadora de Maryland dejó claro que el fondo sigue siendo suyo. Ledecky selló su dominio en las distancias largas con los oros de 800 y 1.500. El mensaje para McIntosh fue algo así como «en mi territorio aún mando yo».

Un buffet tailandés fue el otro inevitable, permanente, tema de conversación en Singapur. La selección de los Estados Unidos apareció muy mermada, especialmente en los primeros días de los campeonatos, y rindió en general por debajo de lo esperado. «Hay casos de gastroenteritis aguda que están afectando al equipo desde la concentración en Phuket», reconocieron directivos de US Swimming. Pese a todo, los estadounidenses consiguieron dominar el medallero con un resultado final de 9-8 sobre Australia, la eterna rival, en el balance de medallas de oro. El año pasado, en los Juegos Olímpicos, Estados Unidos venció 8-7.

Yu Zidi ha sido el otro gran nombre de los campeonatos. Con sólo 12 años, la nadadora china, además de relanzar el debate sobre los límites a la precocidad en la alta competición, logró el bronce en 4x200 libre y dos sensacionales cuartos puestos (200 mariposa y 200 estilos). La irrupción de la precoz colegiala de la provincia de Hebei va a tener como consecuencia directa la elevación de la edad mínima para competir en unos Mundiales. La protección física y mental de la infancia son las razones en las que se sustentará la nueva medida.

El francés Marchand, rey absoluto de los Juegos de París, que parecía disfrutar de un año suave, rompió el reloj en los 200 estilos y destrozó el mítico récord de Lochte. Sumó además la victoria en los 400 estilos y da la sensación de que este año de transición no le ha sentado nada mal.

El ruso Kolesnikov logró ayer el oro en los 50 metros braza. Como equipo neutral, en su retorno a los Mundiales, Rusia ha logrado dos triunfos (venció en los 4x100 estilos mixtos el miércoles). kolesnikov, emocionado, confesó que «estaba satisfecho por este primer triunfo». No hizo mención a la verdadera causa del veto la natación rusa. Subió al podio y recibió su medalla. Pero no hubo himno de Rusia. Ni bandera rusa.

La natación española regresa de Singapur con un pobre bagaje en la natación en línea. Ninguna medalla y ningún nadador entre los seis primeros. El mejor, con diferencia, fue Carles Coll. El tarraconense, siempre ambicioso, ha dado un salto de calidad a las órdenes de Sergi López y se sitúa ya en la primera fila mundial de los 200 metros braza. Su séptimo puesto en la final dejó un sabor agridulce (lo hizo mejor en semifinales) pero su tendencia en los últimos meses es magnífica. España fue séptima también los 4x100 libre mixto pero el balance de nuestros nadadores supone un paso atrás en relación a los dos sextos puestos de Hugo González en los pasados Juegos Olímpicos.

Santi Veiga, director técnico de la natación española, calificó de «correcta» la actuación de nuestros nadadores. «Realmente estamos trabajando en un proyecto para todo el ciclo olímpico. El objetivo es Los Ángeles'28. Estos Mundiales eran un primer examen parcial y somos conscientes de que hay muchas cosas que tenemos que mejorar. A partir de ahora, lo importante es la evolución de estos nadadores hasta los Mundiales de 2027. El año que viene tendremos los Europeos, que nos deben situar ya en un puesto de partida mucho mejor».