Van de Velde, el olímpico condenado por violación, rompe su silencio: «Hice algo mal, me perseguirá toda mi vida»

Tras pasar un largo proceso judicial de dos años, el neerlandés fue condenado a cuatro años de prisión. El incidente tuvo lugar en el Reino Unido, lugar de donde procedía la chica. Sin embargo, no fue la única, ya que el deportista se declaró culpable de tres cargos de violación ante el Tribunal de la Corona de Aylesbury, por lo que pasó a formar parte del registro de delincuentes sexuales del Reino Unido.

El deportista no estuvo mucho tiempo en prisión porque fue puesto en libertad tras haber cumplido tres meses de condena, debido a que la ley de su país, en ese época, solo reconocía la violación si se empleaba la fuerza en el acto.

Estos hechos transcurrieron entre 2014 y 2017, pero se han convertido en uno de los temas más polémicos en los recientes Juegos de París. Van de Velde lograba clasificarse para el torneo olímpico e inmediatamente el Comité Olímpico Holandés decidía poner en marcha un plan para 'protegerle', pero su pasado le ha acompañado durante la cita parisina.

El deportista fue aislado de sus compatriotas olímpicos y de los medios de comunicación, pero, tras haber sufrido abucheos en todos los partidos que jugó, y convertirse en foco de polémica, Van de Velde ha decidido hablar en una entrevista concedida a NOS Sport.

Sobre los días previos a los Juegos, en los que su caso salió a la palestra en varios medios de comunicación, el jugador reconoció que «estaba bastante dolido», aunque, según añadió, no quiso dejar que los comentarios ello pudieran entorpecer su papel en el torneo olímpico. «No quería dejar que otros me intimidasen o me hicieran abandonar en los Juegos. Es una pena lo que pasó. Han transcurrido diez años de aquello y he jugado más de 100 torneos».

Van de Velde quiso reconocer la gravedad del acto que cometió y por el que fue condenado, dejando claro que la reacción del público fue lógica: «Entiendo que aún se pregunte la gente si se le puede dejar competir a alguien con un pasado así. Habrá gente que me señalará siempre por lo que pasó. Está bien, están en su derecho, pero intento que no me influya».

A medida que iba avanzado en su declaración, el deportista comenzó a derrumbarse: «Se que esto me perseguirá durante toda mi vida y tengo que aceptarlo porque cometí un error. Ya no soy ese adolescente, ahora tengo 30 años, estoy casado, tengo un hijo y una vida muy bonita. No me importan lo que digan los demás o las redes sociales. Pero si esto me hubiera pillado con 20 años habría sido muy distinto. Aún así, repercutió cuando jugábamos. Lo hablé con mi esposa y pedí que no me reenviaran cosas».

Van de Velde aseguró que obedeció al Comité Olímpico de su país respecto al aislamiento para que él y sus compañeros pudieran tener paz durante su estancia en París 2024, y desveló que no todo fueron críticas: «Tuve también muchos mensajes de apoyo».

En cuanto a la actitud del público en los diferentes encuentros, Van de Velde recalcó que aguantar el terremoto le hizo más fuerte: «Cada partido escuchaba más abucheos y me sentía más molesto e incluso llegué a pensar que no tenía sentido seguir jugando. Me pregunté '¿por qué estoy haciendo esto? Y eso me hizo más fuerte como persona y hacía que me concentrase más». No obstante, mostró empatía hacia su familia y reconoció que «ellos también fueron víctimas y eso no fue divertido».

También, quiso elogiar al Comité Olímpico de su país al dejar claro que recibió su apoyo e hizo un gran trabajo de aislamiento. Todo lo contrario opinó sobre la cobertura de su caso por parte de los medios de comunicación. Un tratamiento que calificó como «vergüenza», acusando a los medios de dañar a su familia con sus publicaciones: «Lastimar a la gente que me rodea, ya sea Matthew (su compañero), mi esposa, mi hijo... eso es demasiado para mí».

De este modo, Steven Van de Velde reconoció que lo ocurrido en París 2024 entra dentro de la lógica: «Entiendo que es un problema: ¿se debe permitir que alguien con un pasado así pueda subirse al podio? Ésa es una pregunta legítima». Lo que es un hecho, es que lo ocurrido en 2014 perseguirá toda la vida a una de las estrellas del deporte holandés.