El COI no se atreve con Rusia

Todo hace indicar que el COI se parapetará detrás de la sentencia del TAS : si como se prevé, el tribunal disciplinario decide aceptar la apelación, dejará a sus deportistas competir en los Juegos; y si decide contra Rusia, se planteará si excluye a todo el país o solo a los atletas que estén claramente salpicados por el dopaje. La corriente mayoritaria en el COI es partidaria de sanciones individuales.

Este dilema sobre si deben pagar todos los deportistas o solo unos pocos se menciona bien a las claras en el comunicado que ayer emitió la Comisión Ejecutiva tras su reunión por videoconferencia: «El COI evaluará cuidadosamente el informe McLaren y explorará las opciones legales relacionadas con una exclusión colectiva de los deportistas rusos de los Juegos frente al derecho a una justicia individual». Llama poderosamente la atención el término «cuidadosamente» y la expresión «derecho a una justicia individual», como si el organismo que preside Thomas Bach quisiera dejar el campo abonado para un veredicto a medias, en el que podrían salvarse quienes demuestren limpieza.

Fuentes del COI aseguraron ayer a ABC que la Ejecutiva se decantará por la tesis de la «reversión de la presunción de inocencia», aprobada en la Cumbre Olímpica el 21 de junio pasado. Ello supone que la participación o exclusión de cada atleta será decidida por su Federación Internacional sobre la base de un análisis individual de su historial de dopaje.

Y como suele ocurrir cada vez que se pretende poner a enfriar un asunto caliente, lo primero que hizo ayer el COI fue crear una comisión que estudiará todos los aspectos relacionados con el caso, particularmente los legales que incidirían en una eventual suspensión de los deportistas rusos, así como el tratamiento que se ha de dar a quienes están «limpios» de dopaje.

A lo más que llegó el COI ayer es a adoptar una serie de medidas provisionales contra los funcionarios del Ministerio de Deportes de Rusia citados en el «informe McLaren». Pero lejos de suspenderlos, se limitó a no dejar que se acrediten para los Juegos de Río. Es decir, el ministro Mutkó , al que se acusa de haber perpetrado durante cuatro años la mayor red de dopaje de la historia, tendrá que ver los Juegos por televisión.

Algo más contundentes fueron las decisiones respecto a lo ocurrido en los Juegos de Sochi , donde un agente de los servicios secretos camuflado como fontanero se dedicaba todas las noches a hacer desaparecer la orina manchada de dopaje y la reemplazaba por orina «limpia» recogida a los atletas unos meses antes. «El COI comenzará los reanálisis, incluso forenses, y abrirá una completa investigación sobre todos los deportistas rusos que participaron en los Juegos de Invierno de Sochi 2014 y sus entrenadores y oficiales», indica el comunicado, en el que se anuncia la creación de una segunda comisión que, en este caso, estará presidida por el suizo Denis Oswald.

Además, el COI pide a todas las federaciones internacionales que congelen sus preparativos para grandes eventos en Rusia, tales como campeonatos del mundo, copas del mundo y otros bajo su responsabilidad y estudien alternativas de organización.

Tras la débil respuesta del COI, hasta la doble campeona olímpica de salto con pértiga Yelena Isinbayeva se mostró «optimista» sobre la presencia de los atletas rusos en los Juegos de Río . Isinbayeba declaró ante el TAS sobre el recurso presentado por 68 atletas rusos suspendidos por la Federación Internacional de Atletismo. «Intervine. No me limitaron el tiempo, así que dije todo lo que quería. Me escucharon atentamente. Ahora, toca esperar. Soy optimista, espero lo mejor y recomiendo a todos hacer lo mismo», dijo la plusmarquista mundial, quien admitió que «la vista fue dura», pero que «es pronto para sacar conclusiones» y hay que esperar a que el TAS anuncie su fallo mañana.