Marc López, el escudero fiel

«Tengo la mejor pareja que se puede tener, sin duda, y es de mis mejores amigos. Tengo un feeling increíble con él y que me escoja a mí es un privilegio. Es el mejor jugador del mundo y conseguir una medalla con él es el doble de ilusión», acertaba a decir con la final en el bolsillo. Es la primera en los Juegos Olímpicos. En Londres 2012 ba a sustituir al lesionado Nadal , pero renunció por la muerte de su padre. Con su amigo, en Río 2016, ha conseguido ya una final. La pelea por un oro para que la amistad quede para siempre impresa en un metal.

Se conocen desde hace años, desde aquellos en los que compartían torneos por equipos en el club de Barcelona. Se hicieron inseparables porque congeniaron enseguida , aunque las partidas de videoconsola a veces haya creado fricciones fruto de la competitividad de Nadal. Todo se arregla en la siguiente broma, donde López suele caer en la trampa.

Apenas se han entrenado juntos en dobles. Han disputado dieciséis partidos en su carrera, pero la compenetración entre ellos en la pista es total. La amistad se traslada a la adrenalina de los encuentros y la sintonía casi sale de forma natural .

López intentó alcanzar las mayores cotas en individuales, y es un gran sparring para Nadal, que le suele pedir entrenarse juntos. Pero decidió en un momento dado elegir los dobles, con los que se ha hecho un jugador imbatible. Fue campeón de la Copa de Maestros en 2012 con Marcel Granollers, y con Feliciano López levantó su primer Grand Slam en París en junio.

Ahora está a un paso de hacerse de oro en el mejor escenario y con la mejor pareja de baile. Rafa Nadal y Marc López, su amistad, la mejor medalla.