Carolina Marín, la pionera del volante

Partía como una de las favoritas a alzarse con el oro en Río, y no ha decepcionado. Aunque estos no van a ser sus primeros Juegos Olímpicos. Una por entonces desconocida Carolina Marín de sólo 19 años ya se plantó en Londres cuando su nombre apenas había aparecido en las páginas de los grandes medios. Y es que para la onubense, aquella fue su primera gran cita internacional como deportista absoluta después de haber asaltado el oro en el Europeo juvenil de Finlandia.

Marín es metódica en el movimiento, temperamental en la serie y fría a cada golpeo del volante . También es zurda. Después de cada drive baja la cabeza, se aísla del mundo y se toma un segundo para analizar lo sucedido antes de regresar al plan original. Ninguno de sus movimientos escapa al plan establecido.

El bádminton es el deporte de la perfección. Una mala racha puede costar la eliminación de un Mundial y Carolina sabe que, al menos, deberá gestionar una o dos crisis por partido. Por eso su evolución de un tiempo a esta parte ha sido titánica. La onubense no es la chica que escalaba el ranking en los abiertos del sudeste asiático. Ahora vive de la defensa de su corona mundial frente a las chinas, japonesas y tailandesas, que son la gran potencia de este deporte.

Su historia se dibuja en un lienzo de éxitos públicos y decepciones escondidas en el sudor de la cancha. En Londres 2012, Marín cayó en la fase de grupos después de ser derrotada por quien a la postre se llevaría el oro olímpico: la china Li Xuerui . La misma a la que derrotó en semifinales en Río. Un nombre sin el que sería imposible relatar la biografía de la onubense porque ante la asiática iba a conquistar en 2014 su primer Campeonato del Mundo a la edad de 21 años. Más tarde, Li Xuerui acabaría siendo destronada del número uno del ranking mundial por la española en el Abierto de Korea 2015, sólo unos días antes de que Marín volviera a proclamarse Campeona del Mundo por segunda vez consecutiva en el torneo de Yakarta (Indonesia) deshaciéndose de la india Saina Nehwal en la gran final.

A Río, Carolina ha acudido con 23 años. Madurez, ilusión y experiencia para una jugadora que renovó en mayo su reinado europeo en la ciudad gala de La Roche sur Yon, haciendo hincar la rodilla a la escocesa Kirsty Gilmour. Dos años antes, ya había hecho lo propio en Kazán ante la danesa Madsen. Lauros que no han pasado desapercibidos en su país ya que Carolina también ha sido profeta en su tierra recibiendo la nominación del jurado para el premio Princesa de Asturias de este mismo año.

Marín ha sido y será para siempre la pionera del volante en España . Su nombre ya está escrito junto al de Blume, Ballesteros, Santana o Nieto. La andaluza ya ha reclamado un pedazo de la historia al morder el oro de unos Juegos Olímpicos. El sueño que comenzó a cocinarse en las canchas de un instituto de Huelva.