Las lágrimas del coreano que no se libró de la mili por solo cuatro golpes

Sin embargo, la misma carta magna coreana estipula una exención especial para los deportistas que ganen una medalla en los Juegos Olímpicos y para aquellos que se proclamen campeones (oro) en los Juegos Asiáticos. Esos exitosos atletas solo realizan cuatro semanas de formación militar básica, y después pueden continuar con su carrera deportiva.

Como cualquier varón coreano, Kim Joo-hyung conoce sus obligaciones. Tiene 22 años, así que el domingo tenía muy presente el asunto mientras recorría los hoyos del National de París durante la última y decisiva jornada del torneo de golf de los Juegos Olímpicos.

Tom Kim (así se le conoce) buscaba una medalla que le librara de la mili y estuvo a punto de subirse al podio. Por eso, cuando se quedó sin opciones no pudo contenerse y lloró amargamente.

Kim finalizó en octavo lugar, a solo cuatro golpes del japonés Hideki Matsuyama (-17), que se colgó el bronce. El británico Tommy Fleetwood (-18) se llevó la plata y el estadounidense Scottie Scheffler (-19) se proclamó campeón olímpico.

Fue precisamente Scheffler uno de los primeros en acercarse al coreano intentando consolarse. «No puedo imaginar lo que es jugar con esa presión porque en mi país no nos criamos pensando en eso», reconoció el jugador norteamericano.

Tom King es actualmente el jugador 18º del mundo. Ha ganado tres torneos de la PGA (dos Shriners Children's Open y un Wyndham Championship) y el año pasado fue segundo en el Abierto Británico.

La buena noticia para el coreano es que, dada su juventud, todavía tiene más de un lustro por delante para seguir mejorando en su juego e intentar buscar el éxito deportivo que le permita regatear el servicio militar obligatorio.