Londres 2012: Los héroes anónimos de Danny Boyle

Entrevistado estos días en televisión y radio, citado en la prensa, admirado en mensajes de Twitter, el niño, Humphrey Keeper , se ha vuelto una pequeña celebridad. «¿El chaval que hizo el solo de Jerusalén? Eso era presión. A partir de ese momento, supe que iba a ser espectacular», escribe Nick Clack, un conocido consultor de eventos mediáticos.

A pesar de que estaba frente a una multitud en vivo y que unos 2.000 millones de ojos le seguían en televisión, el «chaval», que no había recibido nunca una lección formal de canto, no parece haber sentido en absoluto esa presión. «Nunca esperé que fuera algo tan grande. Cuando me vi en la pantalla pensé, ¿voy a estar realmente en televisión? Me enorgulleció y me sentí un poquitito nervioso, pero no mucho. Seguro que es porque lo ensayamos tanto», dijo Keeper en una entrevista.

Los ensayos fueron numerosos y agotadores, pero el «casting» de Keeper solo tuvo lugar ocho días antes de la ceremonia. Su madre parecía más nerviosa que él. «Lo eligieron de un grupo de cuatro solistas y debo admitir que, al principio, no estaba muy segura de si era la mejor elección posible. Creo que Danny quería alguien joven y que sonara natural. No un cantante profesional de coro», explicaba la madre, Sam Webster, maestra de escuela primaia.

Todos quedaron encantados con la voz angelical y el rostro con flequillo de Príncipe Valiente. Y pocos notaron que le falta la mitad del brazo izquierdo. En su escuela del sur de Londres, Humphrey estudia con un aparato espcialmente adaptado para uso con una sola mano. A pesar de su éxito en la inauguración, Keeper no quiere ser cantante: su pasión es el estudio de los insectos, la entomología.

Cierto que a esa edad las vocaciones suelen ser provisionales, en especial si se tiene en cuenta que, de la noche a la mañana, este púber es una de las estrellas de «Isles of Wonder», el álbum de compilación de la música de la ceremonia . Según la prensa británica, el disco es ya número uno en el iTunes del Reino Unido, Francia, Bélgica y España, y número cinco en Estados Unidos.

Otra de las estrellas de Danny Boyle fue Jasmine Breinburg , la adolescente de 18 años que protagoniza la historia de amor contemporánea del espectáculo, en la secuencia más musical del « show ». Breinburg comenzó ballet a los cinco años pero, según comentó a la prensa británica, «estaba empezando a perder la fe en la danza, que he recuperado gracias a esto». A pesar de su éxito el pasado viernes, no está segura de querer ser bailarina. «Me encanta, pero no estoy segura de que sería lo que quieren en el West End. No soy la mejor bailarina. Por el momento, quiero completar mis estudios en la escuela secundaria», señaló Breinburg.

Su novio en el escenario es Henrique Costa , un ex recolector de basura de origen portugués que parece ser el único de estos héroes anónimos de Danny Boyle que quiere ser artista. «Quiero seguir trabajando en esto y que la gente que me conoce esté orgullosa de mí. Quiero meterme en televisión y cine, así que espero que esto me ayude a hacer algunos contactos», ha explicado estos días Costa, con asombrosa seguridad. El cuarto hora de fama y romance fue tal que Costa y Breinburg han tenido que desmentir rumores de un amor real , alimentados por el apasionado beso con el que concluye la escena.

La ceremonia parece haber cambiado marcadamente la percepción de los Juegos que tenían los británicos. Una encuesta publicada este martes por el matutino « The Independent » muestra que el 50% de los británicos cree que los Juegos van a valer los más de 9.000 millones de libras que han costado . Un 42% piensa que son un despilfarro. En marzo la cifra era de 51% en contra y 40% a favor. El dato es más significativo aún si se tiene en cuenta el deterioro de la crisis econónica en esos meses.

Los encuestadores sugieren que la ceremonia de apertura resultó fundamental en este cambio de percepción. Danny Boyle se ha mostrado satisfecho con la excelente recepción tanto nacional como internacional, pero los crecientes rumores de una futura condecoración real le han llevado a hacer una petición: «Por favor, que a nadie se le ocurra ahora postularme para el título de “Sir”».