Juantxo Elía: «La pasión que siento por el golf nunca me la dio el fútbol»
El exguardameta de Osasuna se prepara para defender su título en la Copa de España de golf para futbolistas
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Iniciar sesiónComo guardameta de Osasuna, Juantxo Elía (Pamplona, 1979) llegó a una final de la Copa del Rey y participó de la histórica primera clasificación del club rojillo para la Champions. Tras retirarse descubrió el golf, un deporte que lo atrapó hasta tal punto ... que hoy luce hándicap de jugador profesional. Pasaba por ser el mejor futbolista de España jugando al golf, y lo demostró el año pasado tras la creación de la I Copa de España de golf para futbolistas, un torneo que trata de responder al creciente interés de ese sector por este deporte y que está acotado a jugadores y exjugadores de Primera y Segunda división. Ahora se dispone a defender su corona en la segunda edición (27 y 28 de mayo, Golf Santander) ante un grupo más numeroso de rivales.
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—¿Cómo empezó en el golf?
—Fue en mi último año de futbolista profesional. Jugaba en el Murcia y vivía en una urbanización con campo de golf. Empecé a dar algunas bolas y noté que tenía cierta facilidad. Me servía para desconectar. A partir de ahí, me enganché y no pude parar.
—¿Y cómo fue el proceso hasta llegar al nivel que tiene ahora?
—Ha sido un proceso maravilloso, aunque exigente. He tenido que entrenar mucho y sufrir la frustración que genera el golf. Es un deporte que exige mucha disciplina, y para quienes hemos sido competitivos viene genial. Es una cura de humildad, porque te pone en tu sitio rápidamente y el día que no te salen las cosas te vas a casa deseando volver para mejorar. Coincidió en un momento en el que sentí un gran vacío al dejar el fútbol. El golf me salvó de esa etapa de transición tan complicada.
—¿Hay cosas de su etapa en el fútbol que le hayan servido al empezar un nuevo deporte?
—Sí, especialmente en mi puesto de portero, que es muy solitario y con un gran componente psicológico. Muchos aspectos mentales que trabajé como guardameta los apliqué en el golf, porque estás solo, la presión es alta y el margen de error es mínimo.
—Y al revés. ¿Tuvo que desaprender alguna cosa?
—Es una buena pregunta. En el fútbol estás 90 minutos al 100% de intensidad y concentración. Cuando empecé a jugar al golf, salía con esa misma intensidad, pero en el hoyo 9 ya estaba fundido mentalmente y aún faltaba toda la segunda vuelta. Aprendí a regular la concentración: estar al máximo cuando tocase el golpe y desconectar el resto del tiempo para dosificar la energía.
—El año pasado se crea la Copa de España de Golf para futbolistas y se le abre una puerta a competir contra aquellos que en su día fueron compañeros y rivales en el césped. ¿Qué se encontró?
—Lo primero, un equipo humano espectacular, muy amable y con ganas de hacerlo bien. El ambiente también fue genial: exjugadores, futbolistas en activo... todos con la misma pasión. Fue una organización increíble, un campo muy bueno y compañeros de competición que en realidad eran amigos. Fue una experiencia inolvidable. Y, además, salí campeón, así que todo salió perfecto.
—¿Ha jugado con algún futbolista que pueda quitarle esa etiqueta de mejor futbolista jugando al golf?
—Hay nivel, sí. Algunos han empezado hace menos tiempo, así que están en otro punto, pero ahí está Paco Jémez, que juega muy bien. También hay excompañeros que no fueron a esa edición y que son muy buenos. El listón está alto, así que hay que llegar bien preparado para defender el título.
—¿Se ve a simple vista a qué futbolistas se les dará bien el golf?
—Sí. Los futbolistas tenemos un físico, coordinación y mentalidad muy entrenados, así que es cuestión de meter horas. Enseguida ves quiénes van a acabar jugando bien.
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—¿Cuál es su punto fuerte? ¿Dónde le gana los golpes al hoyo?
—No destaco en algo concreto. Me defiendo bien desde la salida, tengo una distancia decente, alrededor de green me apaño, y con el putt también tengo cierta habilidad. Soy un jugador bastante completo, sin un área estrella, pero cumplidor en todo.
—¿Y algo que se le atragante?
— Hay golpes delicados alrededor de green que requieren más técnica, sobre todo cuando necesitas altura y mucha precisión. Ahí es donde hay que ser fino.
—¿Rutinas en el campo?
—Tuve una lesión de espalda, así que necesito mantenerme en movimiento para no enfriarme. Se me ve haciendo swings por el campo. Mentalmente trabajo respiraciones profundas para calmar la ansiedad y me centro en el presente, sin pensar en el golpe anterior ni en el futuro. Sólo en ejecutar bien ese golpe.
—¿Recuerda algún momento especial de su vida golfística?
—La primera vez que haces el par del campo no se olvida. Cuando eres hándicap alto es un logro grande. También recuerdo dos vueltas de -10. Hace tres años me presenté a la escuela del Alps Tour en Italia, una clasificación para ser profesional. Fue emocionante porque coincidí con jugadores de toda Europa, la mayoría muy jóvenes, y me hizo ilusión estar ahí con ellos.
—¿Ha pensado alguna vez en qué habría pasado si este deporte le hubiera llegado antes?
—Muchas veces. Lo que siento por el golf y la pasión que me genera, el fútbol nunca me la dio con tanta intensidad. Si me hubiera enganchado así al fútbol habría tenido una carrera incluso mejor. El golf me ha absorbido totalmente. Me ha entrado hasta la médula.
—¿Algún capricho de golf, como jugar en St Andrews?
—He viajado para torneos, pero no he hecho un viaje de ese estilo. Eso sí, soy caprichoso con el material: cambio los hierros si veo algo que me gusta.
—¿En qué puede beneficiar el golf a los futbolistas en activo?
—El golf te exige concentración, pero a la vez te evade de otras presiones. Un futbolista soporta mucha tensión y con el golf desconectas por completo. Además, los campos suelen estar en entornos naturales, tranquilos, lo que ayuda a cargar pilas.
—La moda por el golf crece entre los futbolistas. Incluso se le hacen celebraciones de gol.
—No lo vi, pero sé que Saúl celebró uno haciendo un swing. Para muchos futbolistas es muy recomendable por esa desconexión mental que te aporta.
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