Juan Gómez-Jurado: «Para ser periodista deportivo hay que estar algo tarado»

-Antes de la literatura, pasó usted por el periodismo deportivo. ¿No ha habido un solo segundo en el que no haya pensado que le gustaría volver a él?

-Siento la emoción del relato como cualquier persona que ame las historias. Cuando vi el momento en el que a Rafa Nadal le retiran la tierra donde luego colocarían su placa en Roland Garros. Sin gustarme el tenis me asomó una lágrima a los ojos y pensé: «qué bonito sería poder explicar este momento». Pero sólo como contador de historias.

-Pues para generar muchas historias, usted no ha escrito ninguna con temática deportiva.

-Hago muchos chistes en mis novelas con las aficiones deportivas de los personajes. Recuerdo uno, en 'Todo Arde', Aura entraba en una caseta y escuchaba una retransmisión de un partido. Y ella pensaba '0-0, gana el Madrid'. Sabía que se generarían muchos comentarios.

-¿Ve? Está en condiciones de volver a enfundarse el traje de reportero.

-No, no. No tengo esa faceta de vivirlo, de respirar el deporte con esa intensidad. Y para ser periodista deportivo, hay que tener una enorme vocación. Y estar algo tarado.

-¿Por qué es usted del Madrid?

-Si me atuviera a mi personalidad, sería atlético. Hasta la médula. De hecho, tengo una enorme simpatía por el Atleti. Pero es que el madridismo se hereda. Y yo lo heredé de mi padre. Y, cuando mis hijos eran pequeños, el abuelo materno era del Barça, en plena explosión del 'dream team', y me esforcé mucho en apartarles del mal.

-¿Qué deportista le parece más novelesco?

-Puedes pensar en Schumacher. Seguramente haya sido uno de los diez deportistas más importantes de la historia. Verle desaparecer de esa forma tan trágica me parece irónica, al mismo tiempo. O como Juanito. Y se acaba todo de golpe, casi como si hubieran tenido una cita con ese momento exacto del destino.

-La tragedia como eje argumental.

-Es una de las tramas que más me interesan. La vida se interrumpe. Una persona como Juanito, que muere a los 37 años, es una persona que muere a esa edad todos los días de su vida. Porque la fecha de la muerte, sella el destino de delante a atrás.

-¿Hay tanta envidia en la literatura como en el deporte?

-Mucha, pero no de la misma forma. Porque, en la literatura, no envidias a la persona. Prácticamente todos los escritores españoles en primera línea son amigos míos. Nos queremos y nos apoyamos. Celebramos los triunfos de otros, porque son también tuyos. Y, sin embrago, el deseo de la literatura es exactamente el mismo que en el fútbol: el niño de cinco años que ve a alguien haciendo la cola de vaca en la televisión, envidia eso y desea hacerlo. No es una envidia verde y peluda.

-No hubiera dicho nunca que usted fuera envidioso.

-Sigo teniendo esa envidia sana de pensar por qué yo no puedo hacer eso.

-Empiezo a dibujarle. Tengo claro lo que le gusta del fútbol. ¿Y lo que no?

-Supongo que cómo elimina el pensamiento crítico y reprograma al ciudadano para trasladar la camiseta a ámbitos de la vida donde no debería existir. Yo puedo mirar una jugada de un partido entre Bosnia y Corea del Sur y veo si hay fuera de juego. Y si juega España, no va a ser fuera de juego ni de coña. Y eso hace del mundo un lugar un poco peor.

-Se ha convertido usted en el goleador de las letras españolas.

-Todos los goles del tipo más importante de la Liga no le van a meter el siguiente gol. Ni las zancadas del carrilero por la banda le van facilitar la siguiente.

-Lo que quiera, pero a usted le ha pasado lo que a Lamine: se han convertido en únicos.

-Es increíble como toda una vida de trabajo lleva al éxito de la noche a la mañana. Lamine aparece con 15 años, pero ha dado muchas vueltas al campo con 5 ó 6. Llevo 20 años como escritor. Mi etapa de éxito corresponde a los cinco últimos. Antes, hay 15 de ganarme un divorcio, de plantearme dejarlo, de tener que firmar un libro más que no quería escribir para pagar una encimera… curiosamente, ese libro fue 'Reina Roja'.

-Nárreme el final del caso Negreira.

-Me da una pereza infinita.

-Como madridista deberían salirle tramas y granos.

-Claro. Y a los culés, por algunos penaltis que nos pitan, a veces. Lo que quiero como aficionado es ver cómo entra la pelota, es la épica, no el sufrimiento. Para eso se les pagan esas cantidades, para que el sufrimiento se lo coman ellos no para que nosotros les hagamos el trabajo sucio de debatirlo todos los días.

-¿Con qué libro o película asociaría a Xabi Alonso?

-'Todo Vuelve'.

-Bellingham

-'No me chilles, que no te veo'.

-Florentino Pérez.

-'Tucker: un hombre y su sueño'.

-Lamine Yamal.

-También 'No me chilles, que no te veo'.

-Flick.

-''El jinete pálido'.

-¿Ilusionado con el nuevo Madrid?

-Creo que Xabi es la persona adecuada, en el momento justo. Lo que toca es reemplazar a los responsables del éxito de estos años: Kross y Modric. Tampoco me importaría que este año nos quedáramos en blanco, también. No es nada bueno acostumbrarse al éxito.

-Eso piensan también en Barcelona.

-Necesitamos un Barça fuerte, que vuelva a ganar las Champions, para tener un enemigo de verdad. Yo voy con el Barça cuando nos eliminan.

-Cuidado con lo que desea…

-Mucho tienen que correr hasta ganar quince.