Jordan Díaz bate récords a medio gas

Este invierno, Jordan está saltando con una carrera de aproximación más corta de lo normal. Entre 12 y 14 apoyos. Lejos de las 20 zancadas que utilizan otros saltadores para llegar a la tabla a su velocidad máxima.

En Madrid hemos visto este domingo a un atleta que crece y crece. Cumplirá 22 años el jueves. Su primer salto fue nulo y largo. En el segundo ajustó más su batida. Regaló 15 centímetros en la tabla pero voló. Se fue a 17,58 metros. Un nuevo récord de España. Los bate sin querer.

Entre salto y salto, Jordan se abrigaba con un plumas (los atletas de origen cubano parecen tener frío siempre), se sentaba y se masajeaba con spray su zona más delicada: el cuádriceps, esa zona baja del muslo donde el tendón rotuliano ya desciende hacia la rótula. Con mucha frecuencia se acercaba a la grada a recibir consejos de Pedroso. Jordan es un atleta entrenador-dependiente.

Su tercer salto fue un poco mejor. 17,59. Otro récord, otra mejor marca mundial de 2023, pese a esa carrera acortada con la que compite. La gran duda siempre con Jordan es si se va a emplear a fondo. Si hoy será el día. Si su entrenador ha marcado algo en la agenda o no. Jordan está enfocado a un solo objetivo: París 2024. Lo demás es, simplemente, camino. Una senda en la que no quieren desgastarlo. Por eso mismo decidió no saltar en la cuarta ronda. Culminó con un nulo en el quinto intento y unos excelentes 17,50 en el sexto. En esta competición, en las madrileñas pistas de Gallur, Jordan Díaz ha conseguido en una hora los tres mejores saltos registrados este año en todo el mundo.

Lo cierto es que Jordan ya había avisado hace ocho días en Orense. Utilizando sólo 12 apoyos en su carrera de aproximación, el hispano-cubano realizó un sólo salto válido, un récord de 17,49 metros, que acaba de superar tres veces en Madrid. Ahora habrá que esperar otros cuatro meses para ver volar a Jordan de nuevo. El saltador afincado en Guadalajara concluye aquí su temporada de pista cubierta y regresará en la Liga del Diamante en junio. Pero este verano será otra cosa. No será raro verlo aterrizar a 18 metros. Arriesgará más.

La presencia de Asier Martínez era otro de los grandes atractivos del día. El vallista navarro se enfrentaba al valenciano Enrique Llopis, quien está protagonizando un invierno de locura. Asier, quizá demasiado pendiente del de Gandía, golpeó las dos primeras vallas y terminó totalmente desequilibrado. Llopis completó una prueba excepcional, logró su primera victoria importante y detuvo el crono en 7.48, un nuevo récord de España que iguala el registro de Orlando Ortega, ausente este invierno de las pistas. En Estambul, dentro de dos semanas, veremos de nuevo este colosal duelo entre Asier y Llopis con ocasión de los Europeos.

Óscar Husillos fue otro de los protagonistas. El palentino ha aparecido este invierno con una fuerza inusitada, muy por encima del nivel de los años precedentes. En semifinales ya se permitió el lujo de correr por debajo de los 46 segundos, anunciando algo formidable para la final. Y llegó. Husillos salió como una bala. Cruzó el ecuador de la prueba en 21.41 y aguantó el ataque final de Iñaki Cañal. 45.59 y récord de España para Husillos.

El atletismo español ha sacado músculo este fin de semana en Gallur. A pesar de las absurdas ausencias de Katir y García Romo (los dos en un gran momento de forma) se ha visto un formidable grupo de talentos. La final de 800 metros fue un gran ejemplo. Mariano García, todo un campeón mundial, tuvo la humildad de marcar un tren fortísimo desde el principio. 24.5 en la primera vuelta, un ritmo brutal que pagó en los últimos centímetros, cuando Saúl Ordóñez se lanzó sobre la línea y le superó por tres centésimas. Fue una carrera con suspense, vibrante, preciosa. La belleza del mediofondo expresada en grado máximo.