Jon Rahm pone la directa y ya saborea los millones en Chicago

A su resurgimiento contribuyó en gran manera la debacle sufrida por Brooks Koepka, que salía como líder como siete golpes de renta sobre el español y al paso por el hoyo 9 ya sólo conservaba uno. A esas alturas Jon ya era tercero (ante la apertura de puertas del de Florida se había colocado como colíder Adrian Meronk) junto a Sergio García (-4), confirmando otra buena noticia para el golf nacional.

Con el recorrido de Illinois cada vez más exigente (el calor estaba dejando las superficies de pateo como tapetes de billar) los hombres más en forma siguieron restando golpes y el liderato se hizo cada vez más numeroso. A los dos hombres mencionados se les añadieron los dos españoles (-5) e incluso Ian Poulter, que estaba disputando su mejor torneo desde que se incorporó al circuito saudí hace tres años. El inglés nunca había pasado del octavo puesto y verse de nuevo en cabeza le hizo sacar de nuevo su sempiterno instinto asesino.

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Los hoyos seguían pasando y con dos tercios de la vuelta completada, Rahm ya tenía sus dos metas en la mano: era líder de la última prueba y tenía a Joaquín Niemann, su único rival para el ránking, perfectamente controlado. El chileno marchaba noveno, a tres impactos del capitán de la Legion XIII y como estaba por detrás, no podía molestarle para llevarse los 18 millones de dólares de premio al mejor del año.

Luego, a falta de cuatro banderas, la situación era ideal para los ibéricos, con Jon y Sergio encabezando la tabla (-6) en pleno festival de éxitos patrios. El buen juego fluía en ambos, pero fue un postrer 'birdie' del vasco en su último hoyo el que le dio el liderato en solitario y le permitirá afrontar la última jornada desde lo más alto y con los dos triunfos que ansía en su mano. Ahora todo depende de él.