Jon Rahm despide el año con buen sabor de boca en Dubái, donde se corona el danés Hojgaard

Sin embargo, el vizcaíno lo intentó con todas sus fuerzas y, después de un flojo comienzo, sacó fuerzas de flaqueza para ir mejorando un poco más cada día. Hasta el punto de llegar a la última jornada con opciones reales de triunfo. Después de quince hoyos se colocó a dos golpes de la cabeza e hizo que en la mente de los aficionados sobrevolaran los sueños de otra épica remontada. Era lo que necesitaba para firmar otro domingo glorioso y lo había ido forjando a base de remontar puntos a lo largo de la vuelta.

El día comenzó raro, pues después de un fallo en el segundo agujero que limitó su 'birdie' inicial, volvió a puntuar en el séptimo y el octavo. Así terminó la vuelta de salida con 34 impactos y todavía mucho por jugar. De manera que apretó el acelerador y firmó un menos cuatro en las seis banderas siguientes. La mirada de león se volvió a fijar en su rostro, pero la bola no le acompañó en esos momentos finales. Los 'putts' dejaron de entrar y, lo que es peor, una bola al agua en el hoyo de cierre le impidió forzar ese hipotético 'eagle' que le hubiera llevado hasta la cabeza.

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P. L.

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En esos momentos la remontada ya era imposible (-17), pues los nórdicos Nicolai Hojgaard y Victor Hovland y los ingleses Tommy Fleetwood y Matt Wallace seguían con su hoja de ruta sin bajar el pistón y el triunfo se lo iban a dilucidar entre ellos. Y ahí fue donde el danés Nicolai mostró su espíritu Ryder y, con cinco abajo en los últimos seis hoyos (-21), se llevó el mejor título de su carrera.

Al final, quinto puesto para Rahm que le sirve para acabar tercero en un Orden de Mérito que, como estaba previsto, se llevó Rory McIlroy. En los otros premios que había en juego, Jorge Campillo consiguió la tarjeta del Circuito Americano para 2024 a acabar decimosexto, pero Pablo Larrazábal (31) y Adrián Otaegui (34) no lograron el pase al Open Británico, reservado a los treinta primeros.