Jenns Fernández, el atleta que desertó en Barajas, pero que correrá para Italia: «Todas las noches me pregunto por qué no estoy en España»

-Sorprende que, siendo cubano y habiendo abandonado su selección en Madrid, no esté usted en España…

-¡Eso mismo me pregunto yo todas las noches! ¿Por qué no estoy en España? Porque yo siempre me decía: 'yo quiero correr por España'. Pero la vida es así…

-Se decía de forma cómica que, siendo velocista, usted no tuvo problemas para escaparse en el aeropuerto de Barajas. ¿Salió corriendo?

-Pues no (ríe). Salí tan tranquilo, era mediodía, subí las escaleras del aeropuerto. Salí de la Terminal 1, me fui a la Terminal 2 y tomé un autobús para reunirme con unos familiares míos que viven cerca de Madrid. Fue hace dos años, el 23 de mayo.

-¿Lo pensó con mucha antelación?

-Sí. Había tomado la decisión varios meses atrás y lo tenía organizado.

-¿Por qué abandona Cuba?

-Yo llevaba un tiempo descontento. Tenía un entrenador con el que tuve problemas y no estaba a gusto en la selección. Antes me entrenaba Tomás Pedroso, que fue como un padre para mí, pero lo apartaron del equipo nacional. Lo fui pensando con tiempo. Y eso que mis papás no estaban de acuerdo. Me decían que no lo hiciera. Pero yo no veía resultados, no veía avance en mi carrera deportiva y quería probar en otro lugar, experimentar para progresar. Lo hice sin tener en cuenta a nadie, sólo pensé en mí. A mi mamá casi le dio un ataque.

-¿Y por qué terminará usted compitiendo por Italia?

-Porque me llamaron de un club italiano nada más llegar a Madrid y me dijeron que me fuera para allá. Al día siguiente ya estaba en Italia. ¡Y no sabía nada del idioma!

-¿Quién lo llamó?

-Una persona de Cuba que vive en Italia, pero no quiero recordar eso porque no fueron momentos buenos. Muchas veces me pregunto todavía por qué no estoy en España y no encuentro una respuesta lógica.

-¿Cuándo podrá representar a Italia?

-Esa información, uf… ¡no lo sé ni yo mismo! Pero estoy tranquilo, hago las competiciones que puedo hacer aquí y espero mi momento.

-Jordan Díaz, una de las grandes esperanzas españolas para los Juegos, es muy amigo suyo.

-Es como mi hermano. En los momentos más duros que he tenido aquí en Italia siempre ha estado a mi lado. Me ha ayudado muchísimo.

-¿Cree que Jordan será campeón olímpico este verano?

-Ojalá. Voy a decir una cosa. Si gana el oro en París, ¡me cambio del Barça al Madrid! Él es muy madridista. Ojalá me dejaran ir a París a verlo competir.

-El vídeo de los 6.48 que logró usted en 60 metros este invierno se convirtió en viral.

-Sí. Fue muy visto y me dijeron de todo, que si iba dopado… ¡yo, que no tomo ni proteínas! Sólo Red Bull y café, una vez al día.

-¿Algo especial en su alimentación?

-En eso soy el más extraño del planeta Tierra. No como frutas ni vegetales. Lo que más me gusta es comer pasta con atún.

-Usted nació en Matanzas, como Javier Sotomayor…

-Sí. De hecho, Javier es familiar mío. Es el tío de mi hermanastra.

-¿Cuándo comenzó en el deporte?

-A los seis años empecé a jugar al béisbol. Un día viene el entrenador y me dice: 'búscate otro deporte: eres demasiado rápido para el béisbol'. Un año después pidieron voluntarios para hacer atletismo y nos apuntamos 30 muchachos. Recuerdo que fui con botas de fútbol y gané a todos en velocidad, en una pista de tierra. Ahí empezó todo. Competía también en vallas, pero las dejé: me daban miedo.

-¿Le apoyaban sus padres?

-Sí, desde el principio, tanto mi papá como mi mamá. Me compraban los pinchos (zapatillas de clavos), que eran muy difíciles de encontrar en Cuba. Es curioso porque luego yo corría con pinchos de Adidas y algunos rivales míos competían descalzos.

-¿Cuándo llegaron los primeros éxitos?

-A los 16 años ya fui bronce en los 100 metros en los Campeonatos de Cuba. En juveniles, como le decimos allí. Y en esa competencia también fuimos oro en relevos 4x100, con el equipo de Matanzas. Un año después ya me llamaron para la selección de Cuba y batí el récord nacional junior de 100 metros.

-¿Se considera más un velocista corto?

-Por mi estatura debería correr una distancia más larga. Pero no me gustan los 200 metros… ¡hay que entrenar demasiado para eso!

-Supongo que piensa en los Juegos de 2028…

-Claro. Eso está muy claro en mi mente. A París no llego.