Javier Fernández: «Nuestro equipo olímpico ha disminuido muchísimo»

-Ya han pasado cinco años desde su retirada, ¿cómo vive el deporte fuera de la competición en esta nueva etapa?

-Pues fíjate que todo lo que hago está relacionado con el patinaje sobre hielo. No solo las pistas de hielo que hacemos ahora en navidades, sino también la enseñanza, que cada vez estoy dando más clases a niños y a niñas. No solo a nivel nacional, sino también a nivel internacional. Y luego también patino un poco como lo hacía antes, pero no de competición, sino de exhibiciones de espectáculos. Entonces, creo que al final he seguido ligado a este deporte porque es lo que me ha dado la vida. Es prácticamente todo lo que sé. Entonces, lo que era mi etapa como deportista ahora es mi etapa laboral.

-¿Hay algo que eche de menos de la competición?

-Sí, sobre todo ver a la gente, ver a los patinadores, juntarme con diferentes personas y también un poco la rutina que se hace en el día a día, la que tienes de entrenar, de comer, de dormir... hay cosas que al final son muy estrictas, pero cuando no las tienes las echas de menos.

-¿Cómo vuelve a encontrar la ilusión en el día a día una vez que ha dejado lo que lleva haciendo desde que nació?

-Es bastante difícil porque te despiertas un día y todo lo que has estado haciendo durante muchísimos años desaparece. Tienes que encontrar otra vez esa rutina, ese horario de saber qué tienes que hacer, si te despiertas a una hora o si te despiertas a otra. Esa quizás es la parte más complicada para un deportista: cuando se despierta un día y ve que ha dejado la competición. A mí me costó. No soy un extraterrestre. Me costó encontrar esa pequeña rutina de saber a qué hora me tenía que ir a dormir todos los días y a qué hora me tenía que despertar, porque si no al final tu vida empieza a ser un desastre. Creo que es una adaptación que tenemos que tener los deportistas cuando nos retiramos, porque si lo piensas, yo empecé con seis años y ahora tengo 33. Lo dejé hace relativamente bien poco. He estado toda la vida haciendo lo mismo.

-Justo después de que colgase los patines, llegó la pandemia del Covid-19. ¿Cómo le afectó?

-Pues fíjate que yo no tuve esa mala suerte que han tenido muchos deportistas de estar mucho tiempo sin entrenar y de estar mucho tiempo sin competir, pero no fue fácil para nadie. Nosotros teníamos un espectáculo que ya no lo hacemos por la pandemia. Yo creo que a todos nos ha tocado sufrir un poco en nuestras vidas esa pandemia, pero gracias a Dios no sufrí en la parte deportiva. Ha habido personas que se han tenido que retirar en esa franja de tiempo. Entonces, me puedo dar con un canto en los dientes, obviamente, pero ha sido una etapa muy difícil para muchas personas que intentamos que evolucione el patinaje en España.

-¿Cómo ve a España en los próximos Juegos Olímpicos de Invierno?

-Es muy difícil de valorar, sobre todo los deportes a los que yo no llego y no controlo. El único que controlo es el patinaje sobre hielo. Nuestro equipo olímpico ha disminuido muchísimo en los últimos ocho años. Entonces, bueno, no hay más que decir. Cada vez hay menos dinero para el deporte y ojalá pudiésemos decir que nuestro equipo olímpico fuese mayor y que tuviésemos más posibilidades de más medallas para traerlas aquí, pero no te lo puedo decir porque no es así. Tenemos personas que se están esforzando, que tienen talento y que están en muy buenas posiciones en el Campeonato del Mundo, pero para las Olimpiadas lo veo muy complicado. Ojalá me equivoque.

 -En el Campeonato Europeo de Zagreb, en 2013, sus patines no llegaron por una negligencia ajena a usted, mientras el resto de competidores estaban entrenando. Al final aparecieron y cuando llegó el momento de competir e hizo su programa, eliminó al resto de competidores. ¿Cómo vivió aquello? 

-Yo soy muy nervioso, pero al mismo tiempo muy relajado y muy consciente de las situaciones. Es cierto que no llegaron los patines, como a veces no nos llegan las maletas a nuestro destino cuando cuando viajamos, pero en ese momento yo entendí la situación y dije: «oye, pues si vienen mis patines, patino, y si no vienen, no patino». Entonces, me relajé, pero estaba todo el mundo súper estresado. No podía hacer nada, a lo mejor eso me ayudó a no estar nervioso. Al final, yo estaba como en unas vacaciones. Me refiero, estoy aquí tres o cuatro días, si me quieren mandar a casa, me voy para casa. No me lo tomé como algo negativo, no pensé en liarla o en montar un problema. Dije: «si llegan, llegan; si no llegan, pues no llegan».

-Un año después, en 2014, fue abanderado de España en los Juegos Olímpicos de Sochi, pero también tuvo un problema mediático por decir que los homosexuales se cortasen un poco durante los Juegos y luego siguieran con su vida. Le tacharon de homófobo. Ahora, diez años después, ¿cómo recuerda esos Juegos Olímpicos ?

-Lo que más me duele es que un momento que tendría que ser uno de los más bonitos de mi vida, al final estuvo manchado por esa situación.Las personas que me conocen, saben que no soy así en absoluto, y vamos, totalmente todo lo contrario. Pero bueno, yo creo que al final son cosas que pueden pasar. Nadie es perfecto, ni yo soy perfecto, ni la otra persona en cuestión era perfecta (el periodista que difundió aquellas declaraciones). A lo mejor no lo hizo con mala fe, o a lo mejor sí, no tengo ni idea. Yo me quedo con mis Olimpiadas, con que sentí el apoyo de muchísimas personas que realmente me conocen y me defendieron en esa situación. Eso es lo importante para mí, y por supuesto haber sido abanderado del equipo español y de toda España en esas olimpiadas.