Irlanda quiere evitar que 2023 sea el año del rugby francés

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M. Z.

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La presente edición del mejor torneo del planeta oval se configura como una repetición del éxito del rugby champán que ya se vivió la pasada campaña. En ella los galos consiguieron el 'Grand Slam' y demostraron su absoluto dominio al ganar consecutivamente a sus cuatro rivales. Asimismo, confirmaron que de la mano de Antonie Dupont eran tan creativos como efectivos. Ahora el XV del Gallo aspira a prolongar ese magnífico estado de gracia en un 2023 en el que también será protagonista del Campeonato del Mundo que acogerá el próximo mes de septiembre. Esta cita será dolorosa para España, que después de verse en ella por méritos propios se vio apeada por el triste episodio de la alineación indebida de Van Der Berg.

De cara a este primer acto de selecciones (en el que hoy debutan en Roma ante una reforzada Italia) los franceses sacarán toda su artillería de nuevo a las órdenes de Fabien Galthié. El entrenador 'bleu' presenta ocho caras nuevas para afrontar un torneo en el que el pasado año asombró tras doce años de sequía. Entre las novedades destacan dos jugadores que no han cumplido aún los veinte años, como Emilien Gailleton - centro de Pau y segundo máximo anotador del Top14 - y el ala-zaguero de Bordeaux-Bègles, Louis Bielle-Biarrey. Los novatos Léo Coly y Nolann Le Garrec intentarán hacer olvidar las ausencias de Locu y Couilloud en la posición de medio melé y el resto de debutantes Paul Boudehent, Julien Delbouis, Romain Buros y Ethan Dumortier (máximo anotador de ensayos de la liga francesa) se incorporan a los tricolores para intentar repetir el título.

Ayer abrió esta edición Irlanda con su visita a un Principality Stadium repleto en sus 74.000 localidades. Sin embargo, los entusiastas seguidores del XV del Dragón vieron pronto frustrados sus deseos de triunfo ante la exhibición de los verdes desde el primer momento. En concreto, desde el minuto 2, cuando en una demostración de juego ofensivo lograron el primero de sus tres ensayos en el primer periodo. Los verdes estrenaban su condición de número uno del ránking mundial y los rojos no sabían por dónde les llegaban los golpes. La dirección de Johnattan Sexton y de Conor Murray (que entró como titular ante la baja de última hora de Gibson-Park) fue impecable, así como el juego a la mano de los suyos, y los locales se vieron con un (0-14) a los nueve minutos que les dejó planchados. Aunque trataron de reaccionar, se llegó al descanso con un elocuente (3-27) que dejaba claro el estado de forma de cada cual.

Los galeses reestrenaban entrenador con Walter Garland, el hombre que les llevó a sus máximas cotas hace una década, pero en esta ocasión no fue suficiente para obrar el milagro. Ni siquiera la presencia del veteranísimo Alun Wyin Jones, con su récord creciente de 156 internacionalidades a sus espaldas, iba a poder insuflar los suficientes ánimos a sus compañeros. Salieron fuertes en la reanudación (10-27) seis minutos después, pero en cuanto los del Trébol se reasentaron en el césped demostraron que no se iban a dejar sorprender. Controlaron bien los envites de sus rivales y sentenciaron el choque a falta de siete (10-34), cuando un ensayo con conversión de Josh van der Flier (el mejor jugador del mundo en 2022, según World Rugby) ya dejó todo visto para sentencia. El primer aviso de los irlandeses quedaba enviado para franceses (que visitarán Dublín el próximo sábado) e ingleses (el 18 de marzo).

Poco después, los de la Rosa se presentaban ante su público con nuevo entrenador a los mandos (Steve Borthwick), una novedad más que discutible técnicamente al haberse producido solo nueve meses antes del Mundial. Pero en la Unión inglesa estaban cansados del personalismo del australiano Eddie Jones y de la ausencia de buenos resultados alcanzados en los últimos tiempos y optaron por reclamar a un revulsivo con la idea de espolear a sus jugadores. Y el nuevo preparador, de 43 años, cumplía de largo con ese requisito al estar considerado como el entrenador de moda del país: el curso anterior llevó al Leicester del último puesto de la tabla al primero de la Premiership.

Pero hay un gran trecho de los deseos a los resultados. Con Escocia como rocoso rival, los aficionados que abarrotaban la catedral de Twickenham se dieron cuenta desde el principio de que el cambio de actitud iba a tardar en llegar. Los del Cardo estaban más que motivados para retener la Copa Calcuta (el trofeo individual que se disputan entre ambos conjuntos paralelamente al Seis Naciones) y en 28 minutos ya les habían anotado dos ensayos. Solo una reacción in extremis permitió a los blancos llegar por delante al medio tiempo (13-12). Luego, el toma y daca constante favoreció a unos escoceses desatados (23-29).