Indignación por el desinterés de los rivales de Llopis tras su brutal caída

Sorprendió en el pabellón, y también en las imágenes de televisión, que ninguno de los demás atletas se acercara en ningún momento a Llopis pese a que permanecía inmóvil y tendido boca arriba.

Al contrario, mientras el suizo Jason Joseph, medalla de oro, corría junto a su lado con los brazos extendidos, el francés Just Kwaou-Mathey se tiraba de rodillas al suelo y gritaba su bronce al cielo, en dirección a donde los médicos atendían a Llopis. Otros miraban a las pantallas donde quedaban reflejados los resultados de la carrera. También el DNF de Llopis (Did not finish). En esos momentos, una manta ya tapaba los intentos de los médicos por reanimar al español. Que algo no iba bien era evidente. Aún así, nadie se acercó.

«Perdón por no preocuparme por ti. En ese momento estaba totalmente bloqueado por lo que me rodeaba. Espero que estés bien y nos veamos al aire libre», reaccionaba, al fin, Jason Joseph en sus redes sociales en referencia a la grave caída de Llopis.

Por fortuna, la última información sobre el estado de salud del vallista de Gandía es positiva. Sigue en observación en un hospital de Estambul, lo que le ha impedido regresar con el resto del equipo a España. Pero los médicos ya han descartado ningún tipo de daño neurológico. Tampoco tiene nada roto. Todo quedó en una fuerte conmoción que le hizo perder el conocimiento durante unos pocos minutos. Él mismo se vio con fuerzas para que le grabasen un vídeo en el que agradecía la preocupación general tras el espeluznante accidente.