Ilia Topuria reclama el Santiago Bernabéu para el aterrizaje de la UFC en España: «Después de eso no hay nada más»

Sonriente y con unas visibles gafas de sol, tirando de estilo, el hispanogeorgiano demostró que no le tiene miedo a nada, ni mucho menos a la prensa, con quien compartió bromas y a la que pidió varias veces que le dejaran celebrar.

Y es que desde Anaheim se iba a ir a Beverly Hills para «ponerse a tope» con los suyos. Luego ya llegará el momento de pensar en lo que le toca, un camino que puede pasar por el Paseo de la Castellana de Madrid y, en concreto, por el Estadio Santiago Bernabéu.

Sin confirmar ni desmentir, Topuria señaló que ahora tendrá que «tomarse unas copas» con Dana White para convencerle de que Madrid es una ciudad idónea para el evento que haría despegar en España definitivamente la pasión por las artes marciales mixtas.

«¿Pelea en el Bernabéu? Tendremos que tomar unas copas con él (con Dana White) y convencerlo. Yo me quedo en el Bernabéu. Pudiendo pelear en el Bernabéu, ya no hay otros. Siempre Bernabéu», dijo, sonriente.

Y es que para él, representar a España y a Georgia «es algo muy grande». Por eso, si hay que disputar una revancha con Volkanovski (el australiano no cierra las puertas tampoco), él está dispuesto. «Si me dicen que hay que ir a España para hacer una revancha con Volkanovski, estoy dentro. Que me avisen», señaló. No se pone una fecha idónea, al menos de momento. «Acabo de salir de una pelea. Déjame descansar un poquito. No tengo ni idea de cuándo voy a volver a pelear. Ahora mismo solo quiero tomarme un par de tragos, disfrutar con mi familia y amigos. Y lo último que quiero es pensar en la pelea», pedía, casi suplicante.

Aunque él siempre se ha tenido en una gran estima, es consciente de que ahora puede difundir su mensaje mucho más fuerte. «No sé si esto me convierte en una superestrella. Para mi siempre lo he sido, siempre he creído en mi. Para los demás, lo que soy o no, no me importa. Lo que me importa es mi opinión y la de mi familia», señalaba sobre su percepción.

Por eso, se centra en lo que pueden ver de él los que vienen detrás, sea para pelear en el octógono o en la vida. «Si puedo servir de ejemplo, de motivación y de inspiración a todos los jóvenes que me han mirado. Que da igual de dónde vengas, si sabes hacia dónde vas. Es mucho más importante lo que tenemos enfrente, que lo que dejamos atrás. Solo uno tiene que cumplir con sí mismo, confiar y tener fe. Y todo es posible en esta vida», señalaba.

Por eso también reivindicó su posición desde unas instalaciones relativamente humildes, lejos de los grandes gimnasios o centros deportivos que muchos que están empezando reivindican.

«Otra prueba más para los jóvenes que piensan que necesitan un gimnasio de la hostia. Somos el ejemplo de que si tienes una visión, da igual el gimnasio que tengas. Puedes convertir tu sueño. Siempre hemos trabajado con lo que hemos tenido, hemos remado y no nos han regalado nada. Y aquí hemos llegado, aquí tenemos un trocito de oro», señalaba a su flamante cinturón. «He trabajado durísimo por este momento. El propósito mío en esta vida es darle un mensaje muy grande a las nuevas generaciones. Y en eso voy a poner las manos», zanjó al respecto.

Muchos ven no solo la posible revancha con Volkanovski o los cuatro combates comprometidos, sino el futuro duelo con un Conor McGregor al que Topuria quiere jubilar definitivamente.

Y no se pone límites. «Quiero pelear sin ningún límite de peso. Le concedo eso. Si siente que está listo para este nivel de competición, que elija el peso. Yo elijo el lugar», dijo, sin aludir específicamente al Bernabéu en este caso. «Conor representa el último capítulo de las MMAs. Para cerrar ya el capítulo y dejarlo en el olvido, es la pelea que quiero», remató el flamante campeón del mundo antes de irse a celebrarlo.