El hijo de Negreira informó al Barça sobre árbitros que lo contrataron como 'coach': «Empieza a temer por su continuidad en Primera División»

«Seguramente empieza a temer por su continuidad en Primera División por no ser ascendido a internacional». «Es capaz de cambiar su decisión según las presiones de jugadores», reza uno de los informes que elaboró para un encuentro entre el Barça y el Sevilla en febrero de 2016. «Tras las consignas del CTA no dudará en amonestar las protestas que sean evidentes y con gestos».

Para el Granada-Barça, de abril de 2017, el informe de Javier Enríquez sobre Jaime Latre señala: «Se recomienda pedirle que sea riguroso con las posibles acciones de juego brusco del Granada». También que: «Normalmente no duda en señalar penalti si lo ve claro, pero deberá estar muy seguro ya que para él es un partido muy importante. No suele ser designado para partidos 'buenos'«. Otro de los análisis, el de la previa para el encuentro entre el Betis y el F. C. Barcelona enero de 2018: »Se recomienda protestarle de palabra, y una vez transcurrida la jugada, de manera más disimulada, la tendrá más en cuenta».

Algunos de esos informes son posteriores a que Jaime Latre contratase como 'coach' a Enríquez, pero el hijo de Negreira nunca lo manifestó en sus análisis. Tras estallar el caso de presunta corrupción en el deporte, por el que padre e hijo están imputados, junto al Barça, su actual presidente, Joan Laporta, y los exmandatarios Rosell y Bartomeu; Javier Enríquez mandó un mensaje de whatsapp al colegiado, en junio de 2023, que éste no contestó. La comunicación, que obra en el sumario, reza:

«Hola, Santi. Hasta ahora no he escrito porque viendo la actitud del CTA y vuestro presidente, sé que os comprometía por ello. Por cierto, que sepas que el día que salió la noticia me puse en contacto con Luis Medina [Cantalejo] y con Carlos Clos, para explicar todo lo que yo sabía, intentando esclarecer y ayudar en lo que pudiera. Por supuesto no se atrevió a preguntarme y prefirió el victimismo y participar en el linchamiento popular».

Y el texto continúa: «He tenido muchas muestras de respeto, cariño y confianza. Aunque entre los árbitros hay de todo, y también me siento algo decepcionado, engañado y vacío. Sobre todo por algunos que creí que me conocían bien. Desde el principio habéis sido víctimas del miedo (con el que se crece en el arbitraje) y he sido prejuzgado como siempre ha hecho el mundo del fútbol con vosotros, injustamente. Respecto a mí, y todo lo que nos ha unido, puedes estar tranquilo y confiado. Es cierto que no he desmentido públicamente la barbaridad de falsedades que se han publicado, pero confiaba que para muchos no era necesario».

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Según el colegiado jubilado, la contraprestación habría sido la contratación de Javier Enríquez, en ningún caso «comprar árbitros». La veintena de interrogados por el Instituto Armado niegan que el exvicepresidente del CTA influyese en sus decisiones

A lo que Javier Enríquez añade: «Es posible que os hayan hecho confundir informes técnicos con espionaje, o preparación mental con persuasión e influencias corruptas...me parece patético». «Mi trabajo siempre ha sido confidencial. Nunca he compartido para quién trabajo (jugadores, técnicos, árbitros y/o clubs)». El hijo de Negreira también traslada al colegiado que »hasta ahora« tenía «excusa» para pensar mal de él. «Ahora ya te he dicho la verdad y sólo tú pasas a ser responsable de pensar mal».

El mensaje finaliza con un: «Cuando todo acabe estaré encantando de recibir un mensaje tuyo, no sé si será de afecto o disculpa, pero será bien recibido». Y añade: «Por cierto, por si todavía no te has dado cuenta ' yo tampoco soy Negreira'».

Un mes después de recibir ese texto, Jaime Latre declaró como testigo ante la Guardia Civil. Una declaración en la que el árbitro del VAR explicó que conoció al hijo de Negreira cuando «daba clases en el CTA». Sesiones de 'coach' un solo día, entre 2009 y 2016. Así, decidió contratarlo después de que éste le ofreciese sus servicios en varias ocasiones. Aprovechaba para hacerlo cuando «lo acompañaba» hasta el estadio, cuando le tocaba arbitrar al Barça.

Lo trasladó en «dos coches de lujo», según manifestó el colegiado a los investigadores, aunque no supo concretar en «condición de qué lo hizo». Por entonces, no sabía que Enríquez trabajaba para el Barça. Sobre el motivo por el que el club pudo contratar los servicios de padre e hijo, Jaime Latre entiende que fue «para que arbitralmente no les perjudicasen». A pesar de ello, como otros árbitros que han prestado declaración por el caso Negreira, cree que ese influencia en la competición no llegó a producirse.

Preguntado por los cinco informes sobre él que Javier Enríquez entregó al Barça, Jaime Latre dijo que no tenía idea de su existencia, pero que «tienen criterio arbitral». Tras leerlos -se los facilitaron los agentes-, le llamó la atención que consten «ciertos datos personales», «reservados», que no llegó a decirle.

Otro de los árbitros que prestó declaración ante el Instituto Armado, el pasado julio, fue Mateu Lahoz, que indicó que el hijo de Negreira -tras consultar sus informes- tenía «información privilegiada». Entre otras, cuando hace referencia a un «neverazo» -apartar a uno de los profesionales de forma temporal- del asistente Pau Cebrián. «Información de la que sólo disponía el CTA«, y no es pública, apuntó el colegiado.

Cuestionado por el valor de los informes y la contratación de Javier Enríquez por parte del Barça, Mateu Lahoz sostuvo que «debería hacerlos alguien del equipo técnico del club» y que no era necesario contratar a un tercero.

Enríquez también informó al Barça sobre otro de los colegiados que lo contrataron como 'coach', Iñaki Vicandi Garrigo, quien, al igual que Latre, se enteró de ello a través de la Guardia Civil. En su caso, contrató los servicios del hijo de Negreira para algunas «charlas» online que pagó mediante transferencia.

También Javier Arberola Rojas contrató sus servicios, sin saber que trabajaba para el Barça. Por las sesiones de asesoramiento le pagó, en diversos periodos entre 2015 y 2019, unos 500 euros mensuales. La mayoría, por transferencia. Un total de 14.200 euros.