El 'hijo' de Bolt pierde con un exjugador de rugby

El plato fuerte en la noche otoñal de Melbourne era, claro, la prueba de 200 metros. Gout Gout, el muchacho que ha rebajado el récord australiano hasta 20.04, el chico que dejó las clases de bachillerato el jueves para volar al sur del país, se enfrentaba a un reto desconocido para él. Acostumbrado a volar solo, frente a atletas escolares, la incógnita se centraba en ver cómo iba a desenvolverse en su primer enfrentamiento contra velocistas adultos. Y la cosa no salió del todo bien.

A pesar de su juventud, Gout Gout partía como claro favorito. Su crono era, de lejos, el mejor de los participantes. De hecho, la lógica del atletismo invitaba a pensar que, una vez enfrentado a rivales de mayor calidad, el espigado velocista de Brisbaneiba a pulverizar sus registros. Pero no fue así. La presión pudo con él y en la pista se vio a un Gout arrugado que sólo brilló en los últimos 30 metros. Demasiado tarde.

Se sabía que Lachlan Kennedy, un exjugador de rugby con una progresión tremenda como velocista, estaba muy en forma. El pasado fin de semana se había proclamado en tierras chinas subcampeón mundial de 60 metros y tenía la autoconfianza por las nubes. Lo que no se sabía es que su formidable explosividad iba a aguantar 200 metros.

Kennedy arrancó con una fuerza tremenda tras el pistoletazo. Cubrió la curva claramente en cabeza y debió sorprenderse al comprobar que, entrando en la recta final, Gout iba muy por detrás. El 'hijo' de Bolt protagonizó una curva floja, quizá confiando en su tremendo final, que le hace despegarse siempre de sus rivales como un cohete. Pero esta vez sus rivales no eran muchachos de 17 años.

Los últimos metros ofrecieron un bellísimo duelo de velocidad, con dos atletas exprimiendo sus fibras musculares al máximo, hasta la línea de meta. Kennedy intentaba mantener su ventaja y Gout ponía en marcha su larga zancada y su potente final. El jovencísimo velocista logró recortar una parte de la ventaja, pero no toda. Kennedy paró el crono en 20.26 (un recorte brutal sobre su récord personal de 20.93) y Gout, con unos últimos 30 metros espléndidos, cruzó la línea blanca a sólo 0,04 segundos. Le faltaron unos pocos metros más para imponerse. Siempre lo avisaba el gran Alberto Juantorena: «En atletismo sólo hay un juez: ¡la meta!»