Haney retiene los cinturones ante Lomachenko con una decisión controvertida

Se esperaba un combate reñido que se dirimiría en las cartulinas, como así fue, y en al que llegaba como favorito el campeón indiscutido de la división, un boxeador bastante más grande que el ucraniano pero que pudo dar sin problema las 135 libras en la báscula. Cada uno jugó sus cartas. Haney tiró de 'jab' para aprovechar las casi cinco pulgadas de alcance en las que aventajaba a Loma quien, bien cerrado con guardia alta, entraba célere en la distancia del rival para conectar.

Sabedores de que la victoria por ko no era muy probable, ambos buscaban puntos en asaltos que se decantaban por escasa diferencia. No era una buena noche para ser juez, y estos tres terminaron abucheados cuando el 'speaker' dio a conocer la victoria -y por decisión de unánime- del vigente campeón, que pese a su condición de local tuvo que escuchar cómo el público coreaba «Loma, Loma, Loma». Lo cierto, o al menos lo que este cronista vio, es que Lomachenko tuvo puntería más certera, conectó más y mejor. También es verdad que el ucraniano terminó con un visible golpe en el pómulo derecho y el estadounidense lucía un rostro más limpio, pero las estadísticas revelan que Lomachenko hizo gala de un plus de precisión.

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Hay una máxima en el boxeo, una ley no escrita, que dice que para ganar al campeón a los puntos hay que ser mucho mejor que él, que ante la duda los jueces votan por el dueño de los cinturones, y aunque Vasyl no arrolló a Devin, éste no puede decir que fuera mejor. Vimos un combate sin ganador claro y el ucraniano mereció como mínimo que le dieran el nulo, el empate, por lo que debería tener derecho a una revancha.

Tras estas cartulinas, Lomachenko se queda en una situación comprometida. Era sin duda uno de los mejores libra por libra del mundo en octubre de 2020 cuando defendió sus tres cinturones ante Teófimo López. Un inicio de combate ausente sin tiempo para contrarrestar le hizo perderlos ante el estadounidense de ascendencia hondureña. Luego Putin atacó Ucrania y Loma se alistó para defender su patria en Belgorod-Dnestrovsky. Regresó entre dudas el pasado octubre y ganó a Jamaine Ortiz, pero el gran combate era éste, con todos los cinturones en juego, Organización Mundial de Boxeo, Asociación Mundial de Boxeo, Consejo Mundial de Boxeo y Federación Internacional de Boxeo.

Tras este varapalo y el previo con Teófimo, Loma (17-3), doble medallista olímpico y con una carrera amateur sin parangón (396 victorias por una sola derrota), entra, seguramente, en declive. Sus 35 años en una división de pesos livianos así lo marcan... Por su parte, Haney mantiene el invicto, seguramente de forma inmerecida, y mejora a una gran marca de 30-0. Recordemos que Teófimo perdió ante George Kambosos los cinturones que le había arrebatado a Lomachenko y que Haney venció al australiano en su casa y por dos veces. Esto significa, en la lógica de la competición y del mercado, que su siguiente combate debería ser contra la actual rutilante estrella Gervonta Davis.

No tiene el de Baltimore cinturón alguno, pero se ha mostrado como el mejor de la división y dio un contundente golpe sobre la lona cuando apabulló a Ryan García hace sólo un mes. Que disfrute Haney sus cinturones estos meses, porque si su siguiente combate es éste, quizás los jueces no puedan salvarlo.