La nueva potencia del deporte

De Haaland a Ingrebigtsen: la corona noruega no tiene límites

Tobias Foss es el último triunfador de un país nórdico cuya potencia económica le hace triunfar con sólo cinco millones de habitantes

Haaland, el invitado más incómodo

Ingrebigtsen, Haaland, Foss, Carlsen, Wraholm y Ruud ABC

El 3 de enero de 2022 los atletas que se entrenaban en el Centro de Alto Rendimiento de Sierra Nevada se encontraron con una escena sorprendente. En el gimnasio aparecieron tres cintas de entrenamiento con banderas noruegas y carteles señalando que eran de uso exclusivo ... para Jakob Ingebrigtsen, campeón olímpico de los 1.500 metros y sus hermanos. Las cintas, de la máxima calidad, habían sido situadas allí por el Comité Olímpico Noruego. Una metáfora de lo que está sucediendo estos días en el deporte mundial. Noruega, una nación con menos habitantes que Madrid, está conquistando, deporte a deporte, la élite deportiva internacional. Su poderío económico derriba cualquier límite a la hora de buscar medios para la preparación. Y los resultados están llegando de forma continuada, semana a semana.

Tobias Foss acaba de proclamarse campeón mundial de contrarreloj. Nadie lo esperaba. Foss, de 25 años, no había brillado esta temporada. Fue 54º en el Giro de Italia y no ha participado ni en el Tour ni en la Vuelta. La victoria del ciclista nacido en Vingrom, un pueblecito de 500 habitantes, suponía una sorpresa monumental … excepto por un factor. Su nacionalidad. Noruega se está encaramando a lo más alto del deporte mundial y no de forma progresiva. Lo está haciendo de forma brusca, acelerada. Ayer mismo, su compatriota Soren Wærenskjold ganó la misma prueba en categoría Sub 23.

Retrocedamos unas horas. Partido de la Premier League entre el Wolverhampton y el Manchester City. En el minuto 16, Erling Haaland, zurdo, marca un golazo con la derecha desde fuera del área. No sorprende a nadie. Lleva anotados 11 goles en siete partidos y es el máximo goleador en Inglaterra con cinco tantos de diferencia. El delantero noruego, de 22 años, se está convirtiendo en el futbolista de mayor valor a nivel mundial.

Una semana antes, se produjo otro de los asaltos de la nación vikinga al poder del deporte mundial. En Nueva York se disputa la final del Open de tenis de los Estados Unidos. A un lado de la pista, Casper Ruud, nacido en la capital, Oslo, hace 23 años. Enfrente, Carlos Alcaraz. El partido finaliza con la victoria del murciano, nuevo rey del tenis mundial. Al acabar el partido, Noruega puede presumir ya de contar con el número 2 del mundo.

Sigamos retrocediendo. Dos días antes de la final del Open USA se disputa otra gran final. En Zúrich se dan cita los mejores atletas del mundo. Es la final de la Liga del Diamante. Jakob Ingebrigtsen, noruego, protagoniza otra de sus exhibiciones en los 1.500 metros, una de esas carreras en las que toma la cabeza y marca un ritmo duro, progresivo, que va descolgando a sus rivales. Como hizo un mes antes en los Europeos de Berlín. Ingebrigtsen, que cumple mañana 22 años, para el trono en 3:29.02. La mejor marca mundial del año.

Karsten Warholm es el otro diamante del atletismo noruego. El año pasado logró en los Juegos Olímpicos de Tokio una de las marcas más impresionantes de toda la historia del atletismo, comparable a los 8m90 de Bob Beamon o a los 9.58 de Usain Bolt. El vallista noruego, nacido hace 26 años en un pueblo, Ulsteinsvik, logró una marca de 45.94. Un buen crono para los 400 metros … sin vallas. Este año, pese a las lesiones, ha podido ser campeón de Europa en Múnich.

Magnus Carlsen es otra de las figuras mediáticas en Noruega. Pronto fue reconocido como uno de los talentos precoces del ajedrez internacional y llegó a ser campeón mundial con sólo 22 años. Una década más tarde sigue siendo el rey absoluto. El ajedrecista de Tonsberg, de 31 años, pasa sin embargo, por una crisis de motivación.

¿Dónde está la clave del repentino auge del deporte noruego? ¿Escuelas deportivas? ¿Detección precoz de talentos? ¿Sustancias ergogénicas? El hecho de haberse convertido en una de las grandes economías a nivel mundial (el petróleo ha cambiado drásticamente el potencial de Noruega) permite que cuando se detecta un talento deportivo no existe límite alguno en los medios disponibles. Concentraciones en el extranjero, tecnología punta, entrenadores, máquinas de última generación en los gimnasios, fisioterapia, medicina deportiva… El Comité Olímpico Noruego dispone de presupuestos sin límite para la preparación de deportistas. Este año, en los Juegos Olímpicos de Invierno, llegó su mayor cosecha: 16 medallas de oro y líderes del medallero por encima de Alemania, Rusia y Estados Unidos.

En opinión de Raúl Chapado, presidente de la federación de atletismo, el secreto está en la selección y la apuesta indudable por los mejores. «Trabajan y focalizan sobre todo en los grandes talentos. En ellos centran sus esfuerzos, aun con menor densidad de atletas y especialidades que en otros países, como Francia, Reino Unido, Italia, Alemania o España». Ingbrigtsen y Warholm son, según Chapado, la punta de lanza de su nuevo atletismo. «Noruega emerge con dos genios, dos jóvenes y talentosos atletas, escoltados por un grupo de atletas de primer nivel… eso denota una buena identificación de talentos», concluye el extriplista.

Hay un último factor que explica el súbito crecimiento del deporte noruego. El contagio. La aparición de líderes en los diferentes deportes está generando un efecto dominó que refuerza la fe en la victoria de los jóvenes noruegos, en deportes muy diferentes. La fe en sus propias capacidades, muy vikinga, tampoco parece fallarles. Lo decía Warholm este verano en rueda de prensa. «La verdad es que yo nací con un ego enorme».

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