Fútbol
Yéremy Pino: «Los que no jugamos ni un solo minuto nos sentimos algo señalados por lo que dijo Luis Enrique»
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El exseleccionador afirmó que repetiría la lista de 26, salvo uno. En Qatar estuvo el canario del Villarreal: «Mi actitud fue buena. Ni un día tuve una mala cara» Hoy juega ante el Madrid
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Iniciar sesiónCon solo 14 años salió de Las Palmas camino de Villarreal, donde se hizo hombre y futbolista a toda velocidad. Yéremi Pino (20 de octubre de 2002) es uno de los mayores talentos del fútbol español, por eso sorprendió su inexistente participación en Qatar. ... No le pidió explicaciones a Luis Enrique, pero él lo tiene claro: «Con la selección siempre he jugado muy bien». Hoy espera hacer lo mismo ante el Madrid en La Cerámica, prueba dura para el vigente campeón.
-¿Cómo fue su infancia?
-Ir al cole por las mañanas, a entrenar de 16.00 a 17.30 y todo el día en el parque jugando. Yo vivía en una plazoleta donde en el medio hay un parque con tres bancos. Allí hacíamos partidillos.
-¿Futbolista de la calle en plena era digital?
-Las redes sociales las empecé a usar hace tres años y hasta los 12 años no tuve móvil. Yo estaba todo el día jugando al fútbol en la calle.
-¿Eso le influyó en su estilo de juego?
-Jugar con las paredes algo ayudó. En la calle se aprenden triquiñuelas.
-¿Hay menos extremos que nunca?
-No lo creo. Yo veo muchos jugadores con mi estilo. Nico Williams, Ansu… y estoy convencido de que saldrán más.
-¿A la gente de su edad le gusta el fútbol o prefiere otro tipo de ocio?
-A la mayoría de los niños les gustaría ser futbolista. Lo veo en mis amigos, pero llegar a la élite es muy sacrificado. Al final, solo puedes pensar en el fútbol para llegar a ser un profesional y hay gente que no está preparada para ello.
-¿A qué se dedican sus padres?
-Mi padre es fontanero y mi madre limpiadora en una granja.
-Dos buenos currantes.
-Qué hubiera sido yo sin ellos. Nunca nos faltó de nada a mi hermana ni a mí. Siempre se buscaban la vida para que alguien me llevara a entrenar porque ellos trabajaban y no podían hacerlo. Me enseñaron a ser buena persona y a estudiar, pero me vine pronto a Villarreal y tuve que tomar decisiones a una edad temprana. Entonces, dejas de lado unas cosas por centrarte en otras. No es excusa, pero yo tenía claro que quería ser futbolista y me dediqué a ello.
-¿Le costó muchas discusiones con sus padres?
-Con mi padre no tanto, pero con mi madre bastantes. Ella quería que estudiara. Me llevaba a un colegio privado, que costaba mucho dinero, y al final no valió para nada.
Ser futbolista
«Con mi madre tuve muchas discusiones. Me llevó a un colegio privado, que suponía dinero, pero no valió para nada»
-¿Por qué?
-No me gustaba estudiar. Aprobaba, pero ya. Y cuando vine a Valencia, con el colegio en valenciano, me costó mucho más. Yo siempre le decía que iba a ser futbolista a nivel profesional, y ella me decía 'sí, sí, venga, ponte a estudiar'. Ahora, le bromeo de vez en cuando.
-Jugó en el Atlántico hasta benjamín, el Huracán hasta infantil y en Las Palmas hasta cadete, que le llama el Villarreal. Tenía 14 años. ¿Se lo pensó?
-No, lo tenía muy claro. Si viene el Villarreal no hay nada que pensar. Además, dos compañeros que se habían ido el año anterior me hablaron muy bien del club. No tuve ninguna duda.
-¿Cómo fue su primera noche allí?
-Me tocó de compañero a Filip, que hoy es el segundo portero y ya le conocía. Dos meses antes jugamos un torneo de selecciones autonómicas a nivel nacional y en semifinales me enfrenté a él. Íbamos perdiendo 1-0, metí el 1-1 en el 88 y lo mandamos para casa. El primer día en la Academia veo su metro noventa y digo 'este me suena'. Tengo una foto de ese gol y cada vez que puedo se la saco. Le digo '¡eh, respétame!' (risas).
-¿Lloró en la Academia?
-Sí, muchas veces. Sobre todo en Navidades, cuando mis amigos se iban al parque a jugar al fútbol y yo estaba solo en Villarreal y sin móvil, que nos lo quitaban a las diez de la noche. Pero lloraba solo, nunca cuando hablaba con mis padres. No quería que me vieran llorar.
-¿Dónde vive ahora?
-Desde los 17 en un piso, con mi amigo Tomás, que me ayuda mucho en mi día a día. Es un puntal para mí. No me falta de nada. Mis padres van y vienen.
-¿Qué opina de la marcha a Arabia de su ídolo Cristiano?
-Me dolió. Honestamente, a quien le gusta Cristiano le duele, pero qué le puedo decir yo después de todas las emociones que a mí me ha generado y todo lo que ha contribuido para que yo sea futbolista. Si él es feliz, poco que decir.
-¿En quién más se fijaba de chico?
-Mi padre me ponía muchos vídeos de Roberto Baggio. Fue su ídolo, pero era muy pesado con los vídeos. 'Si ni defiende', le decía. Ahora sí me gusta verlo. Además, siempre me enseñaba fútbol de su época, extremos con desborde y recorte, como Figo, y me decía que tenía que hacer este u otro regate, y si lo hacía me daba cinco eurillos. Jugaba con ese estímulo para hacerme crecer.
-¿Qué significa Emery para usted?
-Todo. Ese hombre me subió y apostó por mí como nadie. Tuvo un plan para mí, acabé jugando una final de Europa League y mira a dónde he llegado.
-¿Fueron injustos con Setién?
-De un día para otro Emery se marchó. Fue un shock. Nosotros llevábamos tres años con él, jugábamos de memoria y estábamos genial. Éramos uña y carne con Unai y el cambio nos dio miedo. Daba igual si fuera Setién u otro, pero ahora después del parón del Mundial todo se ha normalizado. Él tiene su propuesta y vamos de su mano, sin duda. Llevamos cinco victorias seguidas y ojalá siga la racha contra el Madrid.
Ronaldo, su ídolo
«Honestamente, a quien nos gusta duele verle en Arabia, pero qué voy a decir con las emociones que me ha generado»
-Ha mencionado el Mundial. ¿Qué pasó en Qatar?
-No podemos recriminar nada al equipo. Lo dimos todo, pero el día ante Marruecos no nos acompañó el gol y los penaltis son una lotería.
-¿Faltó verticalidad?
-Con los jugadores que estábamos allí era para jugar como jugamos. Marruecos fue una pasada defendiendo. Se dejaban el alma en cada acción, no había espacios y siempre se daban ayudas. Así era imposible ser vertical.
-Solo calentó ante Alemania y Japón, y no jugó ni un solo minuto, ¿por qué?
-Yo intenté aportar lo mío en los entrenamientos, en el vestuario y fuera del campo. Me fui con la cabeza bien alta porque lo di todo para intentar jugar. No fue así, pero no pasa nada.
-Luis Enrique dijo que repetiría la misma lista de 26, excepto a uno. ¿Se sintió señalado?
-Los que no jugamos ni un minuto nos sentimos algo señalados por lo que dijo, pero yo tengo la conciencia tranquila. Ni un día tuve mala cara, pero ni uno. Algún día llegué tarde a la merienda y al desayuno, pero por lo demás bien. Pagué la multa y listo. Siempre apoyé al equipo. Lo que se necesitara de mí, ahí estaba. Estoy muy tranquilo, y si soy yo son decisiones que se toman y ya está.
-¿Le pidió explicaciones?
-No, no hablé con él. Tenía mucha presión encima como para yo decirle cosas. Además, es que en ningún momento pensé que estuviera haciendo algo mal. Yo no tengo que reprocharle nada. Me dio la oportunidad de debutar y apostó por mí. Creo que en los partidos que he jugado con la selección lo he hecho muy bien, como contra Italia en la semifinal de Liga de las Naciones. Para mí fue un premio estar en Qatar. Me llevo lo bueno, la experiencia y que mi familia fuera a ver un Mundial. Seguro que llegará el día que debute en uno.
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