Xavi refuerza su proyecto, de nuevo, a costa del Madrid

Barruntó Xavi cómo hacerle daño al Madrid y decidió apostar por cuatro centrocampistas y renunciar a jugar abriendo el campo con los extremos. Con la alineación de Busquets, De Jong, Pedri y Gavi demostró varias cosas, aunque privara a su equipo de jugar con un punta. «Nos ha salido muy bien. Gavi ha estado enorme. Hemos puesto cuatro centrocampistas y nos ha salido bien. Los jugadores lo han interpretado bien», reconocía el técnico. También quedaba patente que Busquets y De Jong no son incompatibles, que pueden jugar juntos, y que Pedri y Gavi llegando desde atrás les convierte en un equipo menos predecible y con más capacidad para frenar los contraataques. «Tienes que controlarlos de alguna manera. Minimizar las pérdidas y tener el control. El cómo es tan importante como el título», añadía Xavi.

Sin duda, la decisión de colocar a Gavi de falso extremo zurdo fue clave y creó el caos en la defensa del Real Madrid, incapaz de contener al joven andaluz, que acabó siendo el mejor del partido al anotar un gol y dar las dos asistencias. Xavi se deshacía en elogios hacia su imberbe pupilo: «Me quedo sin palabras. Es pura pasión, pura alma. Me sabe mal cuando no juega. Contagia al equipo y sólo tiene 18 años. El corazón que le pone es increíble. Gavi es un chico que nos emociona a todos. Pone alma y carácter y lo contagia. Es líder innato y le sale de dentro. La rabia que le sale es espectacular No me canso de elogiarlo. Este chico no tiene techo».

Supo tejer el egarense una tela de araña con la que desbaratar todos los planes ofensivos de Ancletti. Consciente de que el hombre más desequilibrante iba a ser Vinicius, apostó por Araujo en el lateral, con una pareja de centrales sólida, como Koundé y Christensen. De esta manera desactivó al brasileño e impidió que Benzema pudiera recibir balones en condiciones. El Barcelona estaba tan bien, que Xavi descartó hacer cambios hasta bien entrado el tramo final. Ancelotti fue incapaz de reaccionar y cambiar el rumbo del duelo. «Regalamos, empezó igualado, no había mucho ritmo y evitar regalos es lo primero pero hemos hecho dos. Tenemos que mejorar la condición física y jugar como equipo. Los errores han sido definitivos. No hemos estado acertados en la salida. No ha sido un buen partido de nadie. Hablar de humillación deportiva me parece una falta de respeto. Han sido mejores y punto. En la primera parte hemos estado poco intensos, poco acertados, hemos perdido muchos duelos, hemos perdido 25 balones en la primera parte... partido incompleto de todos», se defendía el técnico blanco.

Un discurso diametralmente opuesto al de Xavi, feliz por su gestión: «Estoy muy satisfecho porque a mí me gusta mucho el cómo. Es evidente que nos condiciona ganar, porque sino no tienes confianza. Hoy no hemos perdidos pelotas y los centrocampistas lo han entendido muy bien. Hemos de jugar mejor, pero estoy feliz por los jugadores porque han recibido muchas críticas injustas y muchos jugadores se han liberado. Es un título contra el Madrid y tenemos que estar muy orgullosos. En los últimos años las hemos visto de todos los colores. la marcha de Leo fue complicada de digerir. Pero estamos creando un equipo».

La felicidad era tal que incluso Joan Laporta elogió al técnico sin que se lo preguntaran, lo que demuestra que Xavi está logrando convencer a todos, incluido al presidente, que por todos es sabido que tenía otras preferencias para el banquillo culé pero que acabó cediendo a la presión mediática y a la del entorno. «Xavi tiene conocimientos, personalidad, un estilo de jugar al fútbol que el Barça muestra y nos expresamos de esta manera. Es uno de los artífices de esta genuina forma de jugar al fútbol», explicó el mandatario, que pudo levantar el título ante Florentino Pérez.