Una paz con forma de guerra: el seleccionador y las capitanas, por separado

«Ha habido muchas filtraciones, muchas falsas, que no están haciendo ningún bien. Queríamos salir, dar la cara y terminar con todos estos rumores. Hemos transmitido el sentir de las jugadoras», indicó Paredes. Guijarro corroboró: «Tenemos un grupo que puede lograr grandes títulos. Lo pensamos, lo sentimos y con lo que vivimos en la Eurocopa y estos meses atrás se decide trasladar ese mensaje. Creemos que podemos ganar algo importante».

Desde el lunes la selección se ha visto inmersa en un cisma por esa petición de mejoras y que ha dolido a todas las partes por haber traspasado las paredes del vestuario. «Era un problema interno y queríamos que se quedara dentro. Pero ha habido cosas que se han filtrado y que no son verdad y que han puesto a las capitanas en una situación desagradable», admitía Paredes. Vilda, después de esa primera reunión grupal, se vio por separado con las jugadoras para saber su parecer y comprobó que no era tanta la unidad: «Me siento profundamente dolido con la forma de proceder. Se han traspasado las leyes del deporte: la primera ley de que lo que pasa en el vestuario se trata en el vestuario. Creo que soy una persona dialogante y estoy aquí para intentar solucionar las cosas», señaló en varias ocasiones.

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De ahí que Vilda vea reforzada su posición. «Tengo más fuerza que nunca. Me siento con todo el apoyo de la Federación, que nos dota de todo lo posible por mejorar. Da mucha fuerza el equipo técnico que tengo; del máximo nivel con los que trabajamos en la planificación, los entrenamientos y que dan el máximo. No cambiaría a ninguno».

El madrileño lleva al cargo de la selección femenina desde 2017 y no ha conseguido reflejar en la absoluta éxitos que sí se consiguen en categorías inferiores, como el reciente mundial conquistado por la sub-20. Y aunque no hubo demasiada autocrítica, -consideró «totalmente compatible» compaginar el papel de seleccionador con el de director deportivo-, analizó que los resultados de los últimos torneos habían venido precedidos de malos cruces en los sorteos, e indicó que seguiría en este camino: «Queremos seguir construyendo no solo la absoluta, sino toda la estructura. Estamos a la vanguardia del fútbol femenino. Y hay objetivos como ganar a Estados Unidos». Subrayó que contaría con las jugadoras que estuvieran «cien por cien implicadas con el equipo y que remen».

Una situación que deja en la responsabilidad individual de cada una, como admitió Hermoso: «Cada una es consciente del sitio en el que está, si quiere seguir defendiendo este escudo. Somos profesionales. Cuando estamos aquí somos maduras para tomar las decisiones que cada una crea convenientes». «Ahora tenemos unos partidos muy importantes y que nadie dude del compromiso de este equipo», reforzó Paredes.

Cinco minutos después, se retiraban las capitanas con un leve aplauso de parte de las jugadoras que las acompañaban en las butacas. Tocaba entrenamiento, reunirse de nuevo con Vilda y su equipo, en el césped, donde ellas juegan y ellos dirigen. Mañana hay partido contra Hungría. De lo que nadie habla.