Victimismo, la defensa de Laporta

«No podrán probar nada porque no es cierto. No se ha pagado a árbitros. Esto acabará en una sentencia que absolverá al Barça. Estamos tranquilos», apuntaba, al tiempo que trataba de desmontar la acusación de soborno porque Enríquez Negreira «no es un funcionario público, no es delito continuado y está prescrito». Laporta iba más allá: «Ya veremos si entra en juicio porque está en la fase preoperatoria. Soy jurista y veo que esto no puede prosperar».

Laporta acuñaba un nuevo concepto para defenderse. Se refería al «madridismo sociológico» para tratar de justificar una serie de factores que, articulados desde Madrid, según él, buscan erosionar constantemente al Barcelona. «Hay una campaña orquestada para desestabilizar el Barça, de unas personas, de unos organismos que aprovechan el caso Negreira para desarrollar toda esta campaña feroz y sin precedentes que está sufriendo el Barça», explicaba el presidente. Y apuntaba directamente: «Yo y muchos, porque lo hemos vivido, soy de la opinión que hay un 'madridismo sociológico' en los centros de poder de la capital, ya sea político, económico o deportivo que tienen mucha fuerza y esto en el Barça siempre nos lo hemos encontrado».

En la rueda de prensa que ofreció el pasado 17 de abril para explicar la posición del Barcelona ante el estallido del caso Negreira, Laporta ya negaba que hubiera delito, consideraba al Barça víctima y atacaba a Tebas y al Real Madrid. Este jueves eludía señalar directamente a Florentino Pérez, pero no se cortaba con el Real Madrid ni con los poderes fácticos de la capital. «Ya estamos acostumbrados a luchar contra eso. Yo soy abogado y por motivos de trabajo he tenido que ir a Madrid y ves que allí hay un poder, y el madridismo desde el punto de vista deportivo-sociológico existe y está implantado en diversos medios de comunicación y en determinados entornos políticos. Si haces un repaso, la mayoría de la gente que ha tenido poder en el mundo del deporte eran del Madrid. Y esto lo tenemos que aceptar, yo diría que con normalidad, porque cada uno puede ser del equipo que quiera, pero como culés hemos de saber que tenemos que competir con eso», añadía.

La conclusión de Laporta fue contundente: «El caso Negreira es una pieza más de este 'madridismo sociológico'; lo que hacen es ensuciar el nombre del Barça y nuestra historia y no lo podemos consentir. Quieren desestabilizar al Barça y controlarlo, seguramente algunos querrán también apropiárselo y, si de paso erosionan a uno de los símbolos más representativos de Cataluña, pues mejor».

El dirigente apuntaba a esos poderes fácticos cuando se le preguntaba por el Mundial 2030: «Hemos pedido ser sede del Mundial. Nos gustaría ser la sede de la final. Tendremos el estadio con más capacidad, pero ahí volvemos a chocar con el 'madridismo sociológico' y seguramente será el Bernabéu».