Fin de semana vergonzoso: ola de denuncias por insultos racistas y un árbitro hospitalizado por una agresión

José Luis García Yagüe, el árbitro del encuentro entre el Aranda Riber y el Capiscol CF, era agredido por el padre de un jugador del conjunto visitante, cayendo y golpeándose con la cabeza contra el suelo, donde quedaba inconsciente durante varios minutos. Trasladado al hospital Santos Reyes de Aranda, posteriormente fue derivado al Hospital Universitario de Burgos, donde fue ingresado. Según medios locales, el agredido sufrió la rotura de la mandíbula y una lesión en el cráneo.

El Aranda Riber emitió un comunicado mostrando su «profunda indignación y repulsa» ante la agresión sufrida por el árbitro y manifestando su «más enérgica condena ante el inaceptable incidente». La entidad burgalesa aseguró que este acto «deplorable» no sólo atenta contra la integridad física y emocional de una persona, sino que «socava los valores fundamentales del deporte, especialmente en el contexto del deporte base, donde se busca inculcar principios de respeto, juego limpio y educación entre los más jóvenes».

No fue el único incidente grave en un partido de categorías inferiores a lo largo de un fin de semana en el que se registraron una cascada de denuncias por insultos racistas contra jugadores rivales. Tras su partido ante el Bergantiños, correspondiente a Segunda RFEF, el Real Ávila publicaba un comunicado en sus redes condenando los insultos recibidos por un futbolista del conjunto gallego. «Condenamos enérgicamente los hechos ocurridos una vez finalizado en encuentro en el Adolfo Suárez, en el que un jugador del Bergantiños, ha sufrido insultos racistas, por parte de uno o varias personas», reconoció la entidad abulense. «Reiteramos nuestro compromiso con la educación y la sensibilización sobre la importancia del respeto y la tolerancia. No permitiremos que el racismo gane terreno en nuestro deporte», añadió.

Al acabar el duelo en el estadio Adolfo Suárez al Real Ávila, en el que los gallegos sumaban los tres puntos (0-1), el jugador visitante Omar Ouhdadi fue increpado por varias personas con insultos racistas que fueron reflejados por el árbitro en el acta. «Recibió insultos de carácter racista por parte de un grupo de aficionados locales identificados por su vestimenta y zona del campo. En concreto, se dirigieron a él en los siguientes términos en reiteradas ocasiones: ''Puto moro de mierda''».

En su nota, el Real Ávila recordó que «rechaza cualquier tipo de manifestación o comportamiento de índole racista o xenófoba. Hemos demostrado como club, de manera sobrada durante estos años, que nuestros valores son incompatibles con cualquier tipo de comportamiento antideportivo». «Nuestra afición no se ve representada por estos actos y el club se encuentra a disposición del club rival y federación para concluir los hechos. Aprovechamos para mandar ánimos al jugador afectado».

Insultos racistas que también se escucharon en el partido de otro conjunto gallego, el Fabril, otro duelo de Segunda Federación, según comunicó la entidad coruñesa al árbitro, que reflejó la denuncia en su acta. Alonso Luiña, colegiado asturiano que dirigió el encuentro ante el Rayo Cantabria, recogió a instancias del Fabril que su jugador Alioune Mane, de nacionalidad senegalesa, recibió insultos xenófobos en los instantes finales del partido. El futbolista africano sufrió un cuadro agudo de ansiedad, lo que obligó a su traslado a un centro hospitalario tras el partido, aunque dado de alta horas después.

El entrenador de porteros del Fabril alertó al árbitro que, durante una tángana ocurrida en el minuto 95, un jugador del equipo cántabro se dirigió al jugador coruñés con expresiones como «eres un mono de mierda». Unas palabras que el equipo arbitral no escuchó directamente, aunque la denuncia del cuerpo técnico del Fabril, que identificó al presunto autor, quedó reflejada en el acta.

El Deportivo reaccionó mostró en un comunicado «su más enérgica condena por lo sucedido. Este tipo de comportamientos son absolutamente inaceptables y no tienen cabida en el fútbol, ni en el deporte en general, ni en la sociedad», señaló el club blanquiazul, que trasladó todo su apoyo al jugador afectado. La entidad gallega blanquiazul anunció que llevará el caso «al más alto nivel de las instituciones competentes» y que no cesará hasta que los responsables sean sancionados de manera ejemplar.

En una jornada repleta de incidentes, la polémica se desató en la Comunidad Valenciana tras el partido de Tercera Federación que el Atlético Saguntino acabó perdiendo (3-2) en la localidad alicantina de San Vicente del Raspeig frente al Jove Español. Según denunció la entidad valenciana a través de un comunicado, uno de sus jugadores recibió insultos racistas por parte del entrenador del conjunto local. Una acusación que el club alicantino negó a través de otro comunicado, en el que anunció que su técnico emprenderá acciones legales.

«Los hechos han sido de tal graves que la Guardia Civil ha tenido que personarse en el recinto», aseguró el Atlético Saguntino en su nota, en la que acusó al preparador del conjunto local de habar «llamando insistentemente 'mono'» a su jugador Mauri River, mostrando su «absoluta repulsa» a este tipo de conductas. Unos supuestos insultos que no fueron recogidos en el acta arbitral.

La acusación del Saguntino fue negada por el Jove Español a través de un comunicado en el que recordó que está «firmemente comprometido en la lucha contra el racismo, la homofobia y la xenofobia en el mundo del fútbol y del deporte en general». El conjunto alicantino añadió que «ninguno de los componentes del banquillo local ha escuchado o proferido insulto racista alguno hacia ningún jugador visitante, tal y como hace alusión el Atlético Saguntino».

El Jove Español afirmó en su comunicado que su técnico «emprenderá acciones legales contra todos aquellos que menoscaben su honor y dignidad mediante injurias y calumnias».