La tecnología al servicio del deporte

El cuarto árbitro avisa a Jorge Larrionda, que inmediatamente se dirige a una de las dos cabinas instaladas sobre el césped. Durante 60 segundos -luego se sumarán dos minutos al tiempo añadido- Larrionda revisa la jugada por vídeo y rectifica su decisión, el gol es válido. Inglaterra y Alemania empatan a 2 tantos a menos de diez minutos para el descanso de los octavos de final del Mundial. El fútbol es un poco más justo.

Este sería un escenario posible si la FIFA decidiera poner la tecnología al servicio del fútbol. No sería el primer deporte en hacerlo, sino uno de los últimos. Baloncesto, hockey, béisbol, rugby, tenis o F1 ya utilizan el vídeo para decidir sobre acciones polémicas. Pero quizás, el sistema más extrapolable al fútbol sería el «challenge» del fútbol americano.

La Liga de Fútbol Americano (NFL) permite desde hace más de una década que los árbitros puedan rearbitrar sus propias decisiones sobre el campo. Para ello, los estadios cuentan con cabinas de vídeo sobre el terreno de juego que reciben por un circuito interno la señal de todas las cámaras instaladas en el campo.

El entrenador de cada equipo tiene dos oportunidades durante el encuentro para reclamar la revisión de una jugada por vídeo, pero sólo pueden pedirlo en ciertas jugadas que puedan alterar el desarrollo del partido. En el caso del fútbol estas acciones podrían ser los goles fantasma , fueras de juego en goles o faltas dentro del área.

Para evitar que se desvirtúe el juego, la NFL decidió que los entrenadores sólo pudiesen reclamar la ayuda del vídeo en el mismo momento que se produzca la situación de desamparo, para evitar que se pidan una vez vista la repetición de la jugada por televisión. Además, la NFL no permite la revisión por vídeo durante los últimos minutos de cada tiempo, excepto si es el propio cuerpo arbitral el que lo pide al tener dudas sobre una jugada polémica.

En caso de que el árbitro decida que su decisión ha sido acertada y se haya detenido «innecesariamente» el desarrollo del partido, el equipo que haya pedido la revisión perderá la oportunidad de hacer un cambio (un tiempo muerto en el caso del fútbol americano). Si el árbitro corrige su decisión y da la razón al equipo que ha solicitado la revisión no sufrirá ningún «castigo».

Una vez solicitada la revisión del vídeo el árbitro se acerca a la cabina más próxima sobre el césped. El colegiado principal tiene un minuto para revisar la jugada por vídeo. Para ello dispone de todas las tomas que pueda proporcionar la realización del estadio, desde todas las cámaras operativas.

Tras los 60 segundos de revisión el árbitro se dirige al centro del campo y comunica su decisión a jugadores, cuerpo técnico y aficionados gracias a un pequeño micrófono. Su decisión se escucha por la megafonía del estadio y es irrevocable. El juego proseguirá, pero en el descuento se añadirán dos minutos por cada revisión solicitada en la parte disputada.

La NFL es clara en su reglamentación: el árbitro sólo puede cambiar su decisión si encuentra alguna «evidencia visual» de que su decisión ha sido equivocada. En caso de duda el árbitro debe mantener su primera decisión.

Sólo se pueden reclamar las jugadas que influyan de manera directa en el marcador. Es decir, se podrá pedir la revisión de goles fantasma, goles presuntamente ilegales o penaltis.

El árbitro podrá revisar adicionalmente las agresiones o jugadas violentas en las que puede haber una o más expulsiones. En ningún caso se puede reclamar una jugada que ya haya revisado el árbitro por vídeo. No se podrá reclamar nada si la televisión ha comenzado a repetir la jugada para sus telespectadores. La tecnología se pone al servicio del fútbol.