El sueño imposible de Xavi

La situación se agrava teniendo en cuenta que ni Umtiti, ni Riqui Puig ni Mingueza encuentran equipo. El Rennes descartó al francés porque dudaron de su estado físico, mientras que ni la Fiorentina ni el Porto han acabado por mostrar un interés real por Riqui Puig. Tampoco lo tiene fácil Mingueza, por el que el Monza no quiso pagar los cinco millones que exigía el Barcelona. Su futuro parece encaminado a continuar en LaLiga (Getafe, Elche, Valladolid, Mallorca y Celta han preguntado por él). El jugador más cotizado, Frenkie de Jong, no se quiere mover, al igual que otros por los que no se ingresaría tanto dinero pero no entran en los planes del preparador, como Braithwaite.

Con este panorama pretende el Barcelona remodelar su plantilla. Con los fichajes de Kessie y Christensen a coste cero (han llegado con la carta de libertad) el club ya tiene problemas para inscribirlos, al igual que a Sergi Roberto y con la renovación de Gavi por el impacto que supone sobre la masa salarial. Y a pesar de ello sigue hablando de fichar. La prioridad es Lewandowski, por el que ya le han ofrecido 40 millones a un Bayern de Munich que no está dispuesto a dejarle marchar por menos de 50 a pesar de la presión que está ejerciendo el futbolista. También dispone el Leeds de una oferta de 55 millones más variables (unos 70 millones en total) por Raphinha. Quiere abrir las bandas Xavi y tiene medio convencido a Dembélé para que renueve ajustando su salario a las condiciones actuales, aunque el club le incluirá unos bonus por rendimiento que le podrían permitir ganar unos 20 millones anuales.

El nombre de Bernardo Silva está sobre la mesa y la semana pasada ya se produjeron reuniones entre Jorge Mendes y Joan Laporta. Pero el Manchester City, que le ha asegurado al jugador que facilitará su salida, ha exigido el precio que consideran justo y éste no baja de los 80 millones, aunque el Barcelona cree que podría conseguirlo por menos de 70. Una cifra similar a la que exige el Sevilla para dejar salir a Koundé. La guinda la pone el Chelsea, que exige 8 millones por Azpilicueta y otros 12 por Marcos Alonso. El Barcelona lo considera exagerado, sobre todo porque el lateral acababa contrato este año y quedó renovado automáticamente por una cláusula que así lo señalaba si jugaba más de 30 partidos. El nuevo propietario del Chelsea no quiere que se vaya nadie gratis y ni siquiera atiende a los méritos de Azpilicueta tras diez años en Stamford Bridge. Pide lo mismo que costó cuando le ficharon del Olympique. El Barcelona lo considera exagerado y ofrece entre 3 y 5 millones. Ya tiene una cuerdo con el futbolista, que está realizando la gira con el equipo inglés. En total, más de 300 millones de euros. Laporta necesitará activar más palancas de las que tenía previstas.