Soto Grado, el maestro orgulloso de dejar el aula por el silbato que acapara todas las miradas del derbi

Nacido en el municipio abulense de Candeleda allá por 1980, cambió su profesión de maestro por el arbitraje, para lo cual se adscribió al colegio riojano. «Es lo mejor que he hecho en mi vida, donde mejores amigos he hecho. Es una manera diferente de vivir el deporte y el fútbol. Como futbolista es muy difícil llegar. En mi pueblo lo era, pero después me di cuenta que era muy bueno para llevar el agua a mis compañeros. Esa fue una de las razones por la que me metí a árbitro», reconoce orgulloso.

A los 30 años, le llegó la oportunidad de pitar en la extinta Segunda B, división de formación tanto para futbolistas como para colegiados. Tras ocho temporadas en la categoría de bronce del fútbol español, fue ascendido a Segunda, al fútbol profesional.

Una promoción tardía que se tornó en trepidante. Ya que a Soto Grado le bastó una campaña como árbitro de Segunda para ascender de nuevo y auparse a la élite del arbitraje español. Una Liga en la que acumula seis años y que dejará al final de la presente temporada para, a sus 45 años, convertirse en colegiado exclusivo de VAR. Un breve pero intenso recorrido en Primera que le depara este sábado un examen de altura en el Bernabéu.

Su designación para el derbi, como suele ser habitual en partidos elevados de temperatura, ha sido acogida con desagrado por parte de ambos bandos. En el Real Madrid, a través de los clásicos vídeos elaborados por su televisión oficial, además de tirar de hemeroteca para recordar supuestos errores pasados, han acudido al polémico encuentro que disputó hace unas semanas en Mestalla y que fue arbitrado por el abulense.

Un partido en el que los blancos denuncian falta previa en el gol del Valencia, un penalti no pitado sobre Vinicius y, sobre todo, la acción entre el brasileño y Dimitrievski que, tras la revisión de la jugada en el VAR, terminó con la expulsión del ariete madridista por la que fue castigado con dos partidos de sanción.

Mientras, algunos aficionados rojiblancos han recurrido al último derbi oficiado por Soto Grado en los cuartos de final de Copa en 2023. Una eliminatoria que se decidió en favor del conjunto blanco en la prórroga tras la expulsión de Savic y, según denuncian los colchoneros, un arbitraje excesivamente casero.

Una actuación arbitral que llevó a Miguel Ángel Gil Marín, consejero delegado del Atlético, ha responder con una contundente carta en denuncia del ambiente de «presión» construido por el Madrid y que afecta a las decisiones de los colegiados.

Con todo, se espera un ambiente caliente en el Bernabéu en el que Soto Grado se encontrará en el ojo del huracán. De la actuación del abulense, un maestro orgulloso de dejar el aula por el silbato, dependerá que la tormenta arbitral vivida en los últimos días amaine o aumente de intensidad.