Las siete tarjetas amarillas que colocan en la picota a Kike Salas

Los investigadores del caso creen que allegados del joven futbolista habrían participado en una treintena de apuestas en seis locales de juego de la localidad de Morón de la Frontera, llegando a conseguir casi 10.000 euros de beneficio. Unas apuestas que coincidieron con la parte final de la Liga, en la que el futbolista acumuló la mayor parte de sus amonestaciones, lo que levantó las sospechas de los agentes del CENPIDA (Centro Nacional Policial por la Integridad en el Deporte y las Apuestas).

Entre las jornadas 30 y 38, las nueve últimas de la Liga 2023-24, el jugador andaluz vio siete de las nueve tarjetas amarillas que acumuló durante toda la competición. Jugó ocho de esos partidos, pues solo se perdió uno precisamente por acumulación de tarjetas, y fue sancionado por los correspondientes árbitros en siete. Un incremento de este apartado estadístico llamativo incluso para un futbolista que no se ganó la titularidad hasta mitad de la temporada, pues el evidente crecimiento de sus amonestaciones se produjo además cuando el Sevilla ya había conseguido encarrilar la permanencia tras coquetear durante buena parte del curso con el descenso.

Este comportamiento, que puso a las autoridades tras la pista de un supuesto amaño, comenzó en la jornada 30, cuando Salas sumó su cuarta tarjeta en la Liga y la primera de esta sospechosa serie. Antes había acumulado únicamente tres: ante Osasuna en Pamplona, en el Metropolitano ante el Atlético y en Champions frente al Lens francés.

En la trigésima fecha liguera, en el Coliseum ante el Getafe (0-1), vio la primera (minuto 21), y en la jornada 31, en la visita al estadio de Las Palmas (0-2), la segunda (minuto 73). Eso le llevó a acumular su primera suspensión por ciclo de cinco tarjetas en el campeonato liguero y se perdió el posterior choque de la jornada 32 ante el Mallorca.

Tras volver al once, entre las jornadas 33 y 38 sumó una tarjeta en cada partido salvo en el de la jornada 34 ante el Granada (3-0), en el que tuvo que retirarse del terreno de juego por lesión. Así, recibió amarillas en el minuto 94 del derbi sevillano de la jornada 33 ante el Betis (1-1), en el 87' del Villarreal-Sevilla de la 35 (3-2), en el 94' en la derrota en el Pizjuán frente al Cádiz de la 36 (0-1), en el 45'+2 ante el Athletic en San Mamés (2-0) de la jornada 37, y en el 36' en casa ante el Barça de la jornada 38 (1-2).

Si se acude a las actas de los diferentes partidos en los que el central fue amonestado, ninguna de ellas fue percibida de forma extraña por los diferentes colegiados encargados de dirigir los encuentros. Otra cosa es la sensación que pudieran dejar vistas desde fuera, aunque ahora con la perspectiva del caso abierto, la percepción puede estar condicionada.

Esto es lo que dicen las actas en cada una de las siete tarjetas amarillas sospechosas de Kike Salas, acerca de las jugadas que las provocaron:

Árbitro: Iglesias Villanueva.

«Por derribar a un contrario en la disputa del balón evitando un ataque prometedo»

Árbitro: Muñiz Ruiz.

«Por derribar a un contrario de forma temeraria en la disputa del balón».

Árbitro: Sánchez Martínez.

«Por derribar de forma temeraria a un contrario en la disputa del balón«.

Árbitro: Díaz de Mera.

«Por discutir con un adversario sin llegar a insultos ni a la amenaza».

Árbitro: Ortiz Arias.

«Por impedir el avance de un adversario evitando un ataque prometedor».

Árbitro: Pulido Santana.

«Por golpear a un contrario con el brazo de manera temeraria en la disputa del balón».

Árbitro: Iglesias Villanueva.

«Por derribar de forma temeraria a un contrario en la disputa del balón».

El martes, tras declarar en la comisaría de Morón de la Frontera, su localidad natal, Kike Salas quedó en libertad como investigado. El futbolista, de 22 años, que no se habría beneficiado personalmente de estos actos, pero sí a personas cercanas, se enfrenta a un duro castigo si finalmente es acusado de este delito de apuestas por la Policía Nacional.

El artículo 78 de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), relativo a «la participación de futbolistas, entrenadores/as, directivos/as, árbitros/as y de en general las personas que forman parte de la organización federativa en apuestas y/o juegos que gocen de un contenido económico y éstos tengan una relación directa o indirecta con el partido en cuestión». contempla estos hechos como una «infracción de carácter muy grave».

Así, además de una multa entre 3.006 y 30.051 euros, contempla otras sanciones como la «inhabilitación para ocupar cargos en la organización federativa, o suspensión o privación de licencia, por tiempo de dos a cinco años».