Una decisión que podría salirles muy cara, pues es considerado como una falta muy grave que un deportista rechace sin justificación una llamada al deber nacional. Es la propia Ley del Deporte, publicada en 2022, la que contempla este escenario. «Está entre los deberes del deportista acudir a las convocatorias de las selecciones cuando sean debidamente citadas», asegura el texto.
Cierto es que la Ley y la Federación nunca han actuado contra un jugador español, pero tendrían herramientas para sancionarles. Por ejemplo, una futbolista que no acudiera a la selección podría ver cómo se le retira su licencia de dos a cinco años (tampoco podría jugar con su club) y tendría que pagar una multa que iría desde los 3.006 euros hasta los 30.051.
Pero también hay alguna chincheta a la que las jugadoras pueden agarrarse. Para que una deportista pueda ser sancionada, debe ser convocada de manera oficial. Si no está en la lista, no hay sanción. Es por eso que las 39 jugadoras, al negarse a ir a la convocatoria antes de la comparecencia de Montse Tomé, quedan libres de pecado.
La FIFA, que también obliga a las jugadoras a acudir a la selección, tiene unos plazos que deben ser cumplidos. La Federación debe trasladar al organismo el nombre de la jugadora con 15 días antes de la convocatoria, momento en el que la deportista también es avisada. Es aquí donde podría haber algo de fricción en caso de denuncia.
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