El silencio de Xavi, el ictus de Laporta y el cementerio de elefantes

Así ha quedado la relación entre Laporta y el primer equipo desde la marcha de Jordi Cruyff. Xavi, cada día más arrinconado. Mandarle callar es de una crueldad inusual y corona la metáfora. De lejos, también Guardiola ha desmentido al técnico y hasta en dos ocasiones ha dado el nombre de quien prefiere cono sucesor: Sergio Busquets. Laporta, en cambio, es más partidario de Rafa Márquez. Xavi sabe que está solo, que su salida es un deseo compartido y que está más que planificado darle despacho a la primera que se tambalee.

Además, Jan decide todo entre sus amigos sin contar con la Junta -sólo habla con Elena Fort y Rafa Yuste- y los demás se enteran de lo que pasa por la prensa. El presidente sólo les informa de lo mínimo que exigen los Estatutos. El directivo Jordi Llauradó dimitió por verse completamente marginado de la toma de decisiones que afectaba a su ámbito -el nuevo 'Espai Barça'- , que una vez más el presidente del Barça resolvió entre comisionistas y amigos. Laporta celebra estos días estos días la no sanción de la UEFA al Barcelona por el caso Negreira pero la decisión no se basa en la honorabilidad del Barça, sino en la implicación de la UEFA en este asunto , ya que mientras los pagos duraron, Negreira fue el mecanismo que los engrasaba, y un comisionista más en la rueda; pero el grueso de la cuantía iba a parar a José Contreras, y otra no tan grande, pero igualmente jugosa, por caminos indetectables, regresaba al club pero no a la caja de la entidad sino a los bolsillos de algunos. Contreras era el hombre fuerte de Villar en Cataluña, que no sólo fue presidente de la Federación Española de Fútbol sino que además fue vicepresidente de la UEFA y presidente de la FIFA. ABC ha explicado en distintas informaciones que el destinatario final de los pagos del caso Negreira no era el excolegiado sino Ángel María Villar. Por lo tanto, el no hacer sangre de la UEFA no hay que entenderlo como una defensa del Barça sino en defensa propia.

En el terreno personal, el digital Relevo publicó hace unos días una documentada información sobre la angustia del entorno más íntimo del presidente, preocupados porque «un día petará». El periodista Lu Martín recoge las reflexiones, entre otros, de la nutricionista del Barça, Sílvia Tremoleda, esposa del querido amigo de Jan, el profesor Xavier Sala-Martín. «Ella está asustada y muchos como ella, porque el problema ya no es que sus parámetros analíticos adviertan de la posibilidad de un colapso que le lleve a un paro cardiaco: lo que les asusta es un ictus».

En su extenso y valioso reportaje, el periodista también relata lo que ocurrió «durante la visita del Barça a Girona, el club presidido por Delfí Geli, que agasajó a la directiva azulgrana, como suele hacer con sus invitados, con una muestra de las bondades culinarias de la tierra en el Castell de Sant Gregori, localidad cercana a la capital gerundense. La comida fue suculenta, como para saciar a un león. Laporta no perdonó un plato. Incluso repitió de postres. 'Comió a dos carrillos', recuerda uno de los presentes. Hubo quien, en confianza, le avisó. '¡Pero Jan!, ¿no te estás pasando?'. Y él respondió: 'No puc, no puc, m'ho menjo tot, els nervis' («no puedo, no puedo, me lo como todo, los nervios»), fue la respuesta del presidente». Esta anécdota fue recogida y contada a Lu Martín por el periodista David Torres, director de comunicación del Girona y amigo de Guardiola, Laporta y del mismo autor del excelente trabajo periodístico.

Mientras Laporta liquida las secciones deportivas del Barcelona, ficha para el primer equipo ficha a viejas glorias que vienen a cobrar su jubilación. Es cierto que llegan gratis pero no lo es menos van a cobrar fichas considerables. Si la temporada pasada, la estrella en declive fue Lewandowski, que dio buen resultado, este año se une Gündogan, también para muy probablemente hacer una primera buena temporada, pero teniendo el Barça que pagar, y a precio de oro, como en el caso del delantero polaco, la segunda y la tercera, que ya veremos cómo las aguantan estos viejos amigos de la afición.