Los de siempre contra Laporta

Joan Camprubí Montal es nieto de Agustí Montal, el presidente que fichó a Cruyff. Pertenece al segmento mental del odio furibundo al Madrid y a su presidente, en un regreso oscurantista a los años de plomo del club en que la culpa la tenía Guruceta elevado a concepto. El principal argumento de Camprubí Montal es cierto: Laporta está llevando deliberadamente al club al colapso para forzar su venta. Pero su premisa es falsa, porque apela para revertir la solución a la dignidad del socio del Barça, ese conjunto vacío que ha permitido a los presidentes anteriores -para todos los que Camprubí pidió un aplauso- y al actual conducir a la entidad hasta este estado de ruina total. Unos socios que, además, no pueden reclamarse los propietarios de nada, porque no sólo con sus cuotas no alcanzan ni a pagar el 10% del presupuesto del club sino que cuando han tenido que dar la cara por la entidad les ha dado pereza y sólo 17.000 de los 80.000 socios han renovado su abono estos años para acudir al 'exilio' de Montjuic.

Víctor Font ni estaba ni se le esperaba, ni quiere renunciar a volver a presentarse. Som un Clam aprecia sus ideas pero le ven un candidato perdedor. Si la oposición a Laporta tiene muy pocas posibilidades de ganar unida, por separado no tiene absolutamente ninguna. Si esto los distintos opositores no lo tienen claro antes de empezar convertirán sus campañas en un mero ejercicio nostálgico.

La presentación quiso ser marcadamente presencial para denunciar la asamblea telemática de Laporta, que en su descaro y en su impunidad prohíbe a los socios compromisarios su asistencia para dificultar la libre expresión de sus ideas y la posible censura a sus cuentas, aprovechando que la mayoría son de una edad avanzada y que no dominan los manejos de Internet. No se sabe si para marcar distancias con ello, o si fue por descuido, Som un Clam, no emitió en streaming su fiesta. Un error cateto y provinciano impropio de una candidatura del siglo XXI por mucho que se quieran denunciar los abusos de un presidente.

La gran novedad fue Jordi Termes, creador de Bizum, o así se presenta, y que habló en términos empresariales y sensatos del Barça pero con un garrulismo que estrepitosamente contradecía la gestión profesional del club que tanto reclamaba. De todos modos a nadie pareció importarle demasiado porque cualquier caso Laporta 'contraprogramó' la presentación de Som un Clam con una entrevista pactada que ocupó al día siguiente la portada y las primeras páginas de la información deportiva catalana.