Todo irá bien
Laporta hunde al Barça en el caos
«Es un presidente compulsivo que en pocos minutos puede sostener una cosa y la contraria y cambiar radicalmente de estado de ánimo»
No matéis al canapé
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Iniciar sesiónLaporta intentó refichar a Mateu Alemany. Deco dio una entrevista a un medio portugués diciendo que el modelo de fútbol del Barça está agotado. Xavi dimitió en diferido buscando una reacción en sus jugadores cuando lo que ha encontrado es una mezcla fatídica de ... abatimiento y pasotismo. El presidente, el director deportivo y el técnico. Cada uno por su lado, con sus mentes de niños de quince años y unos asesores de pacotilla. No son estrategias reflexionadas, debatidas, colegiadas ni que puedan entenderse como pista sobre lo que va a suceder en el futuro inmediato del Barça. Todo es fruto de la improvisación, de la dejadez, del hecho que el fútbol es el interés menos importante que Laporta y sus amigos comisionistas tienen en el club.
Por eso el presidente cedió a la presión de contratar a Xavi, aunque no lo veía maduro aún para el primer equipo; pero en cambio ha sido férreo en su política de fichajes y sólo ha contratado a los futbolistas de sus mánagers amigos, sin que importara la calidad de los deportistas y tampoco le tembló la mano para firmar un contrato progresivo (de los que cada año cobras más) a un delantero de la tercera edad futbolística como todo el mundo sabe que es don Roberto Lewandowski.
En lo que de verdad le incumbe, Laporta nunca se rinde e impone siempre su criterio hasta el final, y esto sobre todo se entenderá con el reguero de árabes que aparecerán de la nada, con sus billeteras a punto, para quedarse con el club totalmente o por partes cuando el presidente lo haya llevado al colapso económico, deportivo e institucional sabiendo perfectamente lo que hacía.
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No es de extrañar que Mateu Alemany no quiera volver a un club en el que permanecen los turbios motivos, y agravados, por los que él y Jordi Cruyff no tuvieron más remedio que marcharse. Ni Laporta ha cambiado, ni han cambiado sus motivaciones ni ha cambiado el círculo de personas que rodean al presidente y que muy probablemente sepan mucho de muchas cosas, pero el fútbol no es una de ellas.
Es tal el caos y el desgobierno del Barcelona que el intento de repescar a Alemany ni siquiera puede leerse como una desautorización a Deco sino más bien como el arrebato de un presidente compulsivo que en pocos minutos puede sostener una cosa y la contraria y cambiar radicalmente de estado de ánimo.
Mientras, la prensa catalana continúa con sus cortinas de humo. La más reciente es especular cada día con qué entrenador sucederá a Xavi sin tener en cuenta la insondable ruina del club. Frente a semejantes delirios de grandeza sorprendentemente Deco ha dicho la verdad, que es que el Barcelona no puede pagar a un entrenador de primera fila ni mucho menos traerle a los jugadores que querría.
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