¿Quiénes son los hijos de puta de Laporta?

La primera trampa fue en complicidad con Tebas y Roures, con el dinero del fondo CVC, que los clubes tenían que utilizar para su recomposición tras la crisis provocada por el COVID. A Laporta se le iba a permitir que lo usara íntegramente para retener a Messi, en un despilfarro que no sólo no tenía ningún sentido sino que además no solucionaba ninguno de los problemas estructurales del club. A Tebas le interesaba que el Barça retuviera al jugador para mantener el interés de La Liga, a Roures para sus derechos televisivos y a Jan para su gestión sentimental. Al final no resultó, porque Florentino Pérez desbarató la operación a través del entonces CEO del Barça, Ferran Reverter y del avalador José Elías, pero la primera trampa estaba servida en bandeja.

La segunda y la tercera ayuda vinieron del Madrid. La del cambio de la Ley del Deporte, eliminando la obligatoriedad de los avales -sin esta modificación hoy Laporta no podría ser presidente- y el contacto con el fondo Sixth Street, alisado por la entidad blanca, para ayudar a financiar las obras del nuevo Camp Nou.

Pero madre de todas la trampas vino de parte otra vez del presidente de La Liga, que ante la situación económica del Barça y la incapacidad de Laporta para ingresar (nunca ha llegado a los 1.000 millones que ingresaba Bartomeu antes de la pandemia), le sugirió que hiciera contabilidad artificial y que pensara en qué valor del club podría hinchar para resucitar al muerto. Laporta se inventó entonces que Barça Studios valía 400 millones, cuando hoy hasta los auditores puestos a dedo por él reconocen que no vale nada. Tebas lógicamente aceptó como real su propia trampa, Roures participó de ella haciendo ver que ponía dinero para lograr su verdadero objetivo, que era quedarse con el museo del Barça, y junto con las famosas «palancas», que también Tebas debía haber frenado por ser operaciones consistentes en dilapidar el patrimonio del club sin sanearlo de ninguna manera, Laporta pudo continuar gastando siempre de acuerdo con sus comisionistas habituales.

Es importante recordar que la contabilidad del Barça hoy, la que le permite estar en la regla 1:1, es falsa y responde a la trampa sugerida y aceptada por Tebas, que sabe perfectamente que los 200 millones que Laporta dice que el club tiene por el 50% de Barça Studios simplemente no existen.

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Es cierto que en el caso concreto de la inscripción de los dos jugadores, Tebas no ha tenido más remedio que jugar a estar formalmente en contra, por la lógica presión de los demás clubes, que también le votan como presidente y no estaban dispuestos a tolerar que el Barça se les riera en la cara. Pero ni la oposición de La Liga ni la de la Federación han pasado de la pura escenificación y ambos estamentos sabían que la última decisión sería política y favorable al Barça, de modo que eligieron este desenlace, por ser con el que menos se quemaban. Dicho de otra manera, con la oposición frontal y beligerante de La Liga y la Federación, ni siquiera el Gobierno de Pedro Sánchez se habría atrevido a conceder la cautelarísima.

Laporta ha vuelto a ganar y a su manera. Y además vuelve a ser un héroe en la redes de los independentistas irredentos, que ven en la inscripción una victoria contra «España» cuando ha sido «España» -Tebas, la Federación, el Gobierno- quien le ha permitido no sólo hacer trampas sino hacerlas con el descaro de sus comisionistas actuando a cara descubierta.