Todo irá bien

Entrenadores políticos

«Pep se fue del Barça, entre otras cosas, por político y por no querer sentar o vender a algunos de los jugadores que le habían llevado a la gloria, Pedro y Piqué entre ellos»

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Carlo Ancelotti Ignacio Gil

Los entrenadores políticos son los que priorizan la gestión del vestuario a poner a los que en cada momento está en mejores condiciones para ayudar al equipo. Ancelotti es el entrenador político por excelencia y sus planteamientos tienen en cuenta los egos y los personalismos. ... Es importante para un entrenador de un equipo saber hacer esta parte política. Guardiola decía que el secreto de su éxito era llegar cada mañana al entreno y preguntarle cómo estaba «al petitó» (pequeñito) y que a partir de ahí todo era muy fácil. Seguramente era una de sus exageraciones pero Pep se fue del Barça, entre otras cosas, por político y por no querer sentar o vender a algunos de los jugadores que le habían llevado a la gloria, Pedro y Piqué entre ellos. Su antecesor en el cargo, Frank Rijkaard no tuvo la prudencia de marcharse a tiempo ni de administrar la degradación insostenible de magníficos jugadores como Deco y Ronaldinho, y al primer Laporta no le quedó más remedio que -entre lágrimas- echarlo.

También hay presidentes políticos, como el segundo Laporta y sus comisionistas antes de calmarse y desaparecer del foco con la llegada de Hansi Flick. Hay muchos, demasiados entrenadores que tienen que aguantar las imposiciones políticas de su presidente. Ancelotti es el caso contrario, para desespero de Florentino Pérez. Si Mbappé no defiende, si Mendy no está atento, si Vini vive más pendiente de sus guerras imaginarias que del beneficio del grupo, si todo esto el entrenador lo consciente y aun perdiendo mete a Ceballos y es para darle una satisfacción al muchacho, no hay manera de crear la tensión competitiva ni la concentración imprescindibles para que el rendimiento sea el óptimo y lleguen los títulos.

Todo el mundo se pregunta si Florentino va a echar a Ancelotti y cuándo. Nunca la continuidad del entrenador de un gran equipo estuvo tan en su mano pese a los malos resultados. Si el técnico italiano prescinde del equilibrio de las vanidades y hace jugar a los mejores, y a cada cual en su posición, continuará sin problema entre otras cosas porque el juego y los resultados mejorarán de manera inmediata. Si no quiere pagar el precio de poner firmes a sus campeones, mejor será que se marche a tiempo antes del mal trago que le acaben echando como a Rijkaard, aunque sin tantas lágrimas.

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