Un culpable para Messi

En todo este tiempo, Messi no ha dicho ni una sola palabra sobre su regreso y Laporta no se ha cansado de especular con tal ensoñación, y le ha servido como cortina de humo para tapar sus múltiples asuntos. Sin ir más lejos resulta poco creíble que el presidente necesitara viajar a Arabia Saudí -como han filtrado fuentes del club- sólo para contratar un partido del Barcelona femenino, gestión que por su irrelevancia se puede llevar perfectamente a cabo por correo electrónico, y hasta por sms. El viaje cobró más interés, profundidad y sentido cuando curiosamente el miércoles Laporta, ya de vuelta en Barcelona, descendió del avión privado con el que hizo el viaje con su querido amigo y cómplice Pinhas Zahawi, con el que no es difícil de imaginar -aunque no está confirmado- que pudo realizar alguna parada técnica en alguno de los países que se encuentran de camino y que tan bien saben cuidar de lo nuestro.

Lejos quedan los tiempos en que los partidarios de Laporta incendiaban las redes sociales cada vez que el entonces presidente, Sandro Rosell, osaba simplemente mencionar la palabra Qatar. ¿Quién ha pagado el avión privado con el que Laporta ha viajado con Zahavi? Laporta no lo ha pagado. El Barcelona, tampoco. Si lo ha pagado Arabia Saudí, ¿qué favor ha exigido, y con cargo a quién, a cambio de la onerosa aeronave prestada? Si no lo ha pagado Arabía Saudí, ¿quién lo ha pagado? ¿Y por qué? ¿Por qué viajaba com Zahavi? ¿Cuál era el motivo real del viaje?

A Laporta se le agota el recurso de Messi y necesita a un culpable para que no se le note la monumental farsa de las últimas semanas. Si Tebas no le basta puede probar con Franco. Para los socios del Barça aún el Caudillo susurra a los árbitros.