El club se activa contra la Lamine-Yamal-dependencia

Ha pasado un año y medio y hoy la angustia del club no es retener a su más que consolidada estrella sino evitar la Lamine-Yamal-dependencia. Laporta no quiere que el Barça se convierta en el Lamine Yamal Fútbol Club. De un lado, para relajar la demasiada presión en el muchacho dentro y fuera del terreno de juego; y del otro, para gestionar sin tensiones la relación con sus compañeros. El 99% de las peticiones que el Barça recibe de entrevistas, actos solidarios o comerciales, firmas de camisetas y demás invitaciones son alrededor del joven astro, y el club trata de desviarlas a otros jugadores.

En el vestuario, Lamine Yamal no es todavía un peso pesado. No puede compararse al Messi de 26 años que ya era un líder indiscutible entre sus compañeros. Lamine Yamal no es ni mayor de edad, no ha ganado nada importante en el Barça, y Ter Stegen, Pedri, Raphinha o Lewandowski tienen más galones que él, y el club considera fundamental que el protagonismo del chaval crezca de manera gradual y sin herir la sensibilidad de nadie. No es que se las dé de mediático, pero el Barcelona quiere evitar proyectarse en público sólo a través de él para que los demás tengan tiempo para poco a poco ir entendiendo la magnitud de lo que tienen al lado.

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Mientras tanto Lamine vive con su primo en Sant Joan Despí, cerca de la ciudad deportiva. Su madre es la referencia más sensata y la abuela la gran matriarca de la familia. Su padre está más calmado y hace menos el ridículo en público, pero no hay que olvidar que lo de sus heridas por ataque con arma blanca no fue un incidente aislado sino un intento de asesinato. El hijo lo vivió con menos drama del que probablemente habríamos hecho la mayoría de nosotros, pero fueron momentos de una gran crudeza, difícil de gestionar a los 17 años.

Flick le trata con la atención debida a su genio pero no le deja pasar ni una. El día que llegó tarde a la charla, como Koundé, por estar jugando ambos a la consola, se llevaron una sonora reprimenda. Son cosas de jóvenes, como el que le cueste entender que no puede bajar a la calle a jugar a fútbol con sus amigos como solía hacer antes.

El entrenador alemán sí puede salir tranquilo con sus amistades a la calle y habitualmente lo hace. También el sábado, tras perder con la Unión Deportiva, acudió con un total de 16 amigos, a cenar a Ultramarinos Fleming, en la calle Doctor Fleming de Barcelona. Al día siguiente cuando fui a almorzar pedí el chablis blanco de la casa y no me lo pudieron servir porque la noche anterior los alemanes se habían bajado las últimas 8 botellas que quedaban. Flick estuvo encantador con el resto de los clientes, invitó a unas jóvenes deportistas que cenaban en el interior del local y salieron a saludarlo -él estaba en la terraza- pero el que sin duda fue el gran agraciado de la velada fue el camarero que le atendió, que se le adelantó la Navidad y recibió 175 euros de propina. El técnico se retiró a tiempo de llegar a casa -vive al lado- a la misma hora que marca a sus jugadores.