La brutal sinceridad de Masip

Personas cercanas a Masip niegan esta dureza y son contundentes al señalar: «Mira, las tres personas más cercanas a Jan, y por este orden, son: Manana (Manana Giorgadze, su jefa de despacho), Alejandro Echevarría, que es familia y la gente a veces se olvida de este detalle, y Masip, que le dice las verdades, aunque sean brutales, que nadie más se atreve a decirle».

Los directivos, en general contrarios a Echevarría y a Masip, dicen del exjugador que es «insoportable». Consideran que tiene «incontinencia verbal» y que «se mete en todo y critica a todo el mundo. Tiene el tipo de humor del que cree que para ser gracioso ha de faltar el respeto a los demás». Recuerdan que Laporta le obligó a cerrar su cuenta en X (antes Twitter) tras retuitear algunos mensajes críticos con la inmigración ilegal en España, lo que al parecer de algunos comprometía la imagen y estabilidad de un club cuya gran estrella es Lamine Yamal.

Según el relato de una de sus principales detractoras, «cansado de algunas broncas como la que tuvo con el directivo Xavi Puig, a cuenta de la viabilidad del fútbol femenino, Laporta apartó a Masip de su día a día y lo mandó a la Ciudad Deportiva, para que fuera ahí sus ojos y sus oídos. Le pusieron un despacho pero se lo han acabado quitando, una vez más por sus enfrentamientos con todo el mundo». El entorno de Masip explica que «Enric va donde cree que cada día será más útil. El despacho en la Ciudad Deportiva viene de cuando Rafa Yuste se puso imposible en su defensa de Xavi y no quería que nadie se acercara al entrenador, para defenderlo. Como no había manera de bajar al vestuario o al terreno de juego, acomodó un espacio para poder seguir el trabajo del equipo. Y luego, cuando Flick trajo a dos analistas nuevos que necesitaban ser ubicados, lo cedió al instante, sólo faltaría».

«Ahora es un caso especial en el Barça», denuncia un directivo especialmente dolido con Masip. «Continúa cobrando los 400.000 euros pero no tiene ninguna función. Desayuna cada día en la Ciudad Deportiva, toma clases de inglés pagadas por el club y se hace masajes también con el fisio del club. Lo que le salva es que Alejandro Echevarría le ha acogido en su círculo de confianza, y forma parte de la comisión deportiva junto con Deco y Bojan, pero a diferencia de cuando estaba con Jan, que lo asesoraba en toda clase de asuntos, ahora su puesto en la comisión está vacío de contenido y no hace más que acompañar a Deco y Bojan, y todo el mundo sabe que no toma ninguna decisión ni está cerca de tomarla». Según fuentes cercanas a Masip, hablar de 400.000 euros anuales es muy exagerado y sitúan su salario un poco por encima de la mitad.

Reconocen, eso sí, que Masip toma, dos veces por semana, clases de inglés a través de una academia online que el club pone a disposición de los cargos que pueden necesitar este idioma para el desempeño de su labor. Entre ellos, Álex Santos, director de Comunicación, y Jordi Gómez, director de Relaciones Institucionales y protocolo. «Esto del fisio te lo habrá dicho alguna de estas ratas que luego en la cara no se atreven a decir nada. La última vez que un fisio del Barça le tocó fue hace un año y dos meses, porque tenía una contractura en el cuello. Él sus masajes se los hace y se los paga en el Arsenal (el club masculino del que Masip es socio desde hace más de 30 años), pero si algún día le duele algo va a la enfermería del club como puede hacer cualquier empleado», según un directivo partidario, que también los tiene.

La mala relación de la comisión deportiva con los responsables de comunicación no admite debate ni discusión y el argumento de los ejecutivos es que han proteger al equipo de filtraciones interesadas y no tenía ningún sentido que hasta cinco personas de este departamento viajaran con el equipo. «La mayoría», señalan estas fuentes, «iban sólo a ver el partido». También reconocen que estos responsables de comunicación ya no almuerzan con el primer equipo y que sus oficinas han sido reubicadas en el edificio corporativo de la Ciudad Deportiva, fuera del área reservada para los jugadores. Es cierto que Hansi Flick, pidió hace tiempo que sólo los imprescindibles formaran parte de las expediciones pero también que las limitaciones no se han hecho al azar sino que han tenido una clara intencionalidad «política».

«El problema no es Enric», afirma un cargo de plena confianza de Laporta. «El problema es que algunos directivos viven el fútbol y concretamente el Barça de una manera muy poco profesional. Cuando ven a los jugadores se vuelven locos, cuando escuchan conversaciones del presidente o de la comisión deportiva corren a filtrarlas a los periodistas que conocen porque creen que así son alguien o tendrán algún trato de favor en la prensa». Que la comisión deportiva tuviera un transporte a parte se decidió en la época de Mateu Alemany «porque al final sus conversaciones son sobre los jugadores, sobre su rendimiento, sobre los que se quedan y se van, y muchas veces hubo filtraciones».

Nadie quiere dar abiertamente nombres pero son especialmente conocidos los casos de Maria Elena Fort, vicepresidenta institucional, que pretendía acudir gratis a cada desplazamiento con sus hijos, y todavía se queja a los responsables de Protocolo de no tener el protagonismo que desearía; el caso de Xavier Barbany, que en los desplazamientos no deja trabajar a nadie haciendo no más que ruido contando sus chistes, que unen a todos en la consideración de que son muy malos; y también el de Miquel Camps, portavoz adjunto de la junta y que en Dortmund, especialmente quejoso de la furgoneta Avant que usa para sus trayectos la Comisión Deportiva.

«Nadie critica a Enric por pureza sino por la rabia que les da lo que él tiene y ellos no. Cuando luego él, que no se corta, va de cara y les pregunta si tienen algún problema, todos callan como muertos. Todos son muy valientes por detrás pero a la hora de la verdad son unos cobardes y unos lameculos».