Todo irá bien

El Barça no tiene permiso de obras para el nuevo Camp Nou

«No sólo van a costar por lo menos el doble de lo que los turcos prometieron, sino que van a tardar lo que habría tardado cualquier constructora 'del Ibex' en llevarlas a cabo»

Como eres negro y estás llorando

Las gradas del Camp Nou ABC

La herencia que dejó Josep Maria Bartomeu como presidente del Barcelona fue nefasta en muchos aspectos pero dejó el proyecto del nuevo estadio terminado y con los correspondientes permisos de obra actualizados.

Cuando regresó a la presidencia, Joan Laporta quiso meter mano al proyecto ... para ampliar la segunda grada con unos palcos VIP, al objeto de poder venderlos a alto precio o por lo menos contar sus eventuales ganancias en el informe de la financiación para la remodelación del Camp Nou. Estos nuevos palcos implicaban redibujar parte de la grada y por lo tanto tener que pedir unos nuevos permisos de obra.

Los dos motivos por los que el presidente del Barcelona y su junta directiva dijeron adjudicar las obras a la empresa turca Limak fueron el bajo precio y la velocidad de trabajo que los turcos prometían.

El primer motivo quedó apabullantemente desmentido cuando supimos que los 900 millones que figuraban en la oferta de Limak se habían de repente convertido en 1.500, una cifra muy parecida o incluso algo superior a la que ofrecían las constructoras españolas. El segundo motivo, el de la celeridad, se ve desmentido por el hecho de que las obras no podrán empezar como estaba previsto el 1 de junio porque el Barça sólo tiene permiso para derribar, pero no para construir absolutamente nada.

Teniendo en cuenta que el domingo hay elecciones y que los ayuntamientos no van a constituirse hasta el próximo 20 de junio, las obras empezarán por lo menos con un mes de retraso, que muy probablemente serán dos o tres, sobre todo si Barcelona tiene un nuevo alcalde, que lógicamente querrá estudiar una obra tan importante para la ciudad antes de darle su visto bueno.

Además, para culminar la remodelación en el plazo al que los turcos se comprometieron, y que sirvió al Barça para 'petarse' a las constructoras del Ibex 35, según palabras textuales de la vicepresidenta Maria Elena Fort, tendría que haber mil trabajadores dedicados exclusivamente al nuevo Spotify Camp Nou, y otros mil camiones entrando y saliendo cada día del recinto. Ni habrá 1.000 trabajadores, ni la zona donde está el Camp Nou podría asumir en modo alguno el lío para el tráfico que supondrían los necesarios mil camiones entrando y saliendo todo el día.

De modo que no sólo las obras van a costar por lo menos el doble de lo que los turcos prometieron -y más de lo que las constructoras españolas habían presupuestado-, sino que van a tardar lo que habrían tardado cualquier constructora 'del Ibex' en llevarlas a cabo, y eso suponiendo, que es mucho suponer, que los turcos se comporten como profesionales de primer nivel y no sufran ningún percance en los próximos años.

Una vez más, queda claro que Laporta hizo lo que convino a sus intereses personales y no a los del Barça, usando como siempre a sus amigos y a sus empresas afines para tener controladas todas las transacciones del club.

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