Todo irá bien
El Barça y Laporta: entre el archivo en los juzgados y la condena de la FIFA
«Laporta sabe que los pagos fueron inadecuados e irregulares, y que más allá del reproche penal que merezcan, y de si han prescrito, constituyen uno de los mayores escándalos del fútbol español»
Laporta: «El madridismo sociológico ha aprovechado el caso Negreira para intentar controlar el Barça»
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Iniciar sesión«No podrán probar nada». Laporta sabe que pagó. A Negreira y a través de Negreira. Que pagó él y que pagó el Barça bajo el mandato de otros presidentes. El juez sabe que es difícil demostrar la alteración de la competición ... en un partido determinado y prueba de ello es que de momento no ha salido ningún árbitro a explicar que a cambio de un dinero se cambió el resultado de un partido mediante decisiones concretas. El juez también sabe que es muy forzado establecer que un árbitro es un funcionario público. Como metáfora en una sobremesa puede entenderse el concepto, pero en un juicio y además penal es de muy difícil aceptación para justificar el delito de cohecho.
Laporta sabe que los pagos fueron inadecuados e irregulares, y que más allá del reproche penal que merezcan, y de si han prescrito, constituyen uno de los mayores escándalos del fútbol español. Pero también que es muy probable que él y el propio club salgan airosos de la causa que instruye el juez Joaquín Aguirre. Pero lo que en un sistema judicial tan garantista como el nuestro requiere un gran acervo probatorio, para la UEFA y para la FIFA es distinto. A los dos estamentos les bastaría el hecho de que el Barça hubiera pagado al vicepresidente de los árbitros y a Josep Contreras, hombre fuerte en Cataluña de Ángel Villar, el entonces presidente de la Federación Española de Fútbol, para condenar al club.
Que no haya recorrido para la sanción penal no significa que no haya recorrido en el terreno de las instituciones deportivas, del mismo modo que el hecho que no existan pruebas concretas del amaño de partidos no significa que el Barcelona no pagara a quien estaba en disposición de decidir aspectos determinantes de la competición.
En la entrevista que este jueves ha concedido a Ricard Ustrell, director y presentador de las mañanas de Cataluña Ràdio, Laporta ha usado el «más que un club», el «madridismo sociológico» como cortina de humo para distraer la atención del escándalo. Para presentarse como víctima en un caso en el que los perjudicados son los demás clubes, ha apelado al usual agravio barcelonista y catalanista. «Estoy fuerte y cargado de argumentos», ha dicho para animar a la grada.
El Barça y su presidente continúan temblando en el alambre. Sin ninguna estabilidad, pero sin caer definitivamente. Se acumulan los problemas en el club, mientras en lo deportivo el equipo más o menos aguanta. Todo se tambalea pero todavía no pasa nada. El archivo en los juzgados y la posterior condena de la FIFA son el escenario más probable.
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