Fútbol / Eurocopa femenina 2025
Salma Paralluelo: «Mi cuerpo me pedía parar ya, lo tendría que haber hecho antes»
La delantera del Barça se vio obligada a descansar varios meses tras los JJ.OO. pero, ya recuperada, quiere engrosar su palmarés con la Eurocopa
Athenea: «Sí necesitamos entrenador o entrenadora, estamos a muerte con Montse»
Da igual que vista con ropa de entrenamiento o con las mejores marcas de ropa. Salma Paralluelo (Zaragoza, 2003) transmite elegancia con todos sus movimientos. Coleccionista de títulos con el Barcelona y la selección (es la primera mujer en la historia en ganar la 'triple ... corona' mundial: sub-17, sub-20 y absoluta), es la imagen de Adidas y luce en numerosas vallas publicitarias. Se presenta sonriente a la entrevista con ABC, satisfecha tras la victoria ante Portugal (5-0), aunque no fue titular. Y bajo un calor sofocante desgrana sus sensaciones tras una temporada complicada, en la que se vio obligada a parar después de los Juegos Olímpicos. Su cuerpo dijo 'basta' y se apartó cuatro meses priorizando la salud para volver mucho mejor.
—Imposible comenzar mejor en la Eurocopa…
—Sí. Este era el primer objetivo de todas, empezar bien la Euro, con buenas sensaciones y a seguir.
—Usted ya le hizo un triplete a Bélgica en la fase de clasificación. ¿Qué recuerdo tiene?
—Hemos jugado bastante este año contra ellas y todos los resultados han sido positivos. Pero esto es una Eurocopa, todo el mundo va a tope, quiere ganar, será un partido diferente. Tenemos el mismo objetivo que las otras veces, que es ganarlo, tenemos que trabajar para ello.
—¿Es bueno o es malo jugar tantas veces contra una misma selección?
—Es diferente. Al final, encontrarte tanto a un rival … te pueden pillar el truquillo, pero también nosotras a ellas. Eso es lo más negativo. Pero al final es un partido de fútbol, hay que jugar con las cartas que tienes y adaptarte a lo que hay en el juego.
—Usted colecciona títulos ¿se acostumbra una a ganar?
—Por suerte siempre me he movido en ámbitos en los que siempre se tiene en la cabeza el ganar, la ambición de seguir ganando y trabajar para ello De momento está yendo bien y el objetivo ahora es llegar lo más lejos posible en esta Eurocopa.
—¿Y cuál es el precio que se paga?
—¿De ganar?
—No, de esa ambición y esa dinámica de pelear siempre por todo.
—Bueno, al final es una autoexigencia que no te puedes permitir bajar. Ganas de trabajar, saber perder, saber levantarse, saber pasar por momentos duros. Esa es la mentalidad de un jugador o jugadora ganador.
—Usted ganó el Mundial ¿qué ha cambiado en la selección desde entonces?
—Somos un grupo bastante parecido. Todo este año hemos tenido buenos resultados y buenas dinámicas. Le diría que es un grupo muy parecido, un bloque con las mismas ganas de trabajar, muy unido fuera del campo y eso hace que se note dentro del terreno de juego.
—Entonces era titular indiscutible y ahora, aunque importante, está asumiendo un rol de suplente ¿Cómo lo lleva?
—Al final es fútbol profesional, estamos en alto nivel y es algo que va así. Es lo que hay. Cada jugadora puede tener etapas y lo importante al final es el grupo, el apoyarse las compañeras, el intentar estar todas al cien por cien para que cuando nos toque salir dar el cien por cien de nosotras.
—Siempre hablan de competencia, pero ¿no cree que la competencia es usted, que puede jugar de extremo o de '9'?
—Yo estoy acostumbrada a jugar desde pequeñita de extremo izquierda, pero es verdad que en estos últimos años he podido jugar en las tres posiciones. Tal vez me pueda sentir más cómoda en la banda izquierda, pero soy una jugadora que se puede adaptar.
—Se especuló mucho con su parón tras los Juegos Olímpicos. ¿Qué pasó?
—Era algo que tenía que haber hecho tal vez antes. Me costó tomar la decisión porque no quería perderme cosas como una Champions o un Mundial en aquel momento. Pero mi cuerpo me lo pedía ya. Llegué a una situación límite, arrastrando muchas molestias. Jugar con dolor nunca es bueno, una jugadora nunca quiere jugar con dolor y tuve que tomar esa decisión para mi bien, para mi salud y para poder estar mejor y más cómoda jugando.
—¿Tuvo miedo en algún momento por toda la incertidumbre y las dudas del entorno?
—Era consciente de la decisión que había tomado. Sabía que estaría fuera del campo, que estaría sin entrenar, sin jugar, pero quería pagar ese precio porque lo más importante era recuperarme de lo que tenía y también mirar hacia el futuro, no solo al presente. Es importante cuidarse y mirar al futuro.
—¿Y qué reflexión extrae ahora? ¿Qué mensaje le daría a la gente?
—Sobre todo que hay decisiones que pueden costar más, porque al ser joven lo quieres vivir todo y es difícil, pero siempre hay que encontrar ese momento para parar si el cuero te lo pide, cuidarse, mirar al futuro y, al final, eso es lo más importante.
—¿Cómo vivió estar cuatro meses alejada del césped?
—Es una situación solitaria y de mucho trabajo, de ver que otras compañeras avanzan y tú estás en otra cosa. Pero es verdad que yo estoy más acostumbrada, al venir del mundo del atletismo, a pasar más tiempo sola, conmigo. Eso me ayudó a gestionarlo mejor, acepté muy rápido la situación. Traté de quitarme los pensamientos de 'a ver cuándo vuelvo', para pensar en solucionarlo. Es en lo único en lo que me centré.
—«Sacrificar el presente para tener una vida mejor». Esta frase es suya. ¿Es una lección de vida?
—Sí, totalmente. Pensando en frío, notando mis sensaciones y el sufrimiento que pasaba en el campo… No podía ser. Tomé la decisión con madurez, escuché a mi entorno. Me sentí muy apoyada por todo el mundo y así fue mucho más fácil.
—¿Ese sacrificio lo lleva en los genes?
—No sé si en los genes… La educación en mi casa ha sido de sacrificio y esfuerzo. Cuidarte es lo que aprendes en tu entorno, en tu familia y en la gente en la que te apoyas.
—¿Cómo fue su infancia?
—Durante toda mi vida he estado muy ligada al deporte, a esforzarme y a darlo todo. Era difícil y sacrificado entrenar tanto, pero a mí realmente me encantaba, me gustaba no parar y pelear por los dos sueños que tenía. Es algo que siempre he tenido muy ligado en mí.
—¿Para qué hacía deporte, para evadirse, para disfrutar?
—El deporte siempre ha sido mi diversión, mi sueño, mi manera de expresarme y algo a lo que siempre me he sentido muy unida. Siempre me ha gustado ganar, competir, es algo que me ha nacido de dentro siempre.
—¿Le costó mucho decidirse entre el fútbol y el atletismo?
—Sí, fue una decisión difícil porque estaba muy enganchada a los dos, pero era una decisión que tuve que tomar. Pero una vez hecha, para adelante.
—¿Hasta que punto pesó el tema económico al decidirse por el fútbol?
—La decisión que tomé fue por lo que sentía mi corazón. Y en aquel momento me sentía más cerca del fútbol y hablando con mi entrenador de atletismo tomamos la decisión. Nos sentamos, era el momento de decidir porque no podía alargarlo más. E hice lo que sentía.
—¿Le ha ayudado mucho en el fútbol su condición de atleta?
—Sí, al final todos los años que he pasado de pequeña haciendo atletismo han ayudado. A nivel coordinativo, el físico, la velocidad… Parte de la jugadora que soy es gracias al atletismo.
—Usted pasa casi de jugar en la calle a las vallas publicitarias ¿Cómo se gestiona esto?
—Son pasos grandes y se gestiona como puedes. Te tienes que ir adaptando poco a poco y todos los cambios pueden costar más, sorprender o chocar, pero sobre todo hay que tener los pies en el suelo, intentar centrarme en lo que venía haciendo, que es disfrutar, ser esa niña que trabaja, que quiere lo mejor para ella, para su familia, para su futuro… Y poco más.
—¿Quién es su referente?
—Siempre ha sido Sydney McLaughlin, que es una corredora de 400 metros vallas. Es una deportista a la que admiro también por todos los valores que transmite.
—¿Y usted se siente un referente?
—Estos años, el cambio más grande en mi vida es sentir que puedo ser referente para unas niñas. Me lo tomo con mucha ilusión y cierta responsabilidad porque al final siguen tu ejemplo y se fijan en ti. La ilusión es la de poder inspirar de cualquier forma a otras niñas.
—¿Le gusta ser famosa?
—Ser famosa no (risas). Me gusta más estar a lo mío, que es la discreción y que nadie sepa nada de mí, pero bueno, es algo que viene con la profesión.
—El campo de San José, en Zaragoza, lleva su nombre ¿Qué supone para usted y para el fútbol femenino?
—Estas pequeñas cosas a las jugadoras nos hace muchísima ilusión. Yo lo viví recordando momentos de pequeña, de haber crecido en ese campo, de haber entrenado con mis hermanos… todo este cariño devuelto es algo maravilloso que todas las jugadoras han podido vivir también en sus ciudades con los homenajes que les han hecho.
—¿Puede salir por Zaragoza?
—Sí, sí, me respetan mucho.
—¿Y tiene que pagar muchas cañas o la invitan?
—(Risas). Si pago la primera a la segunda me invitan.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete