Fútbol
Robert Prosinecki: «Hoy hay jugadores con talento, pero en mi época nos divertíamos mucho más»
El fútbol que hoy entrena frente al que jugó. Dos mundos opuestos sobre los que el croata habla con ABC antes de un Oviedo-Barça que le toca de cerca
Apodado el Maradona de los Balcanes, lo cierto es que Robert Prosinecki nació (1969) en Alemania Occidental. Sus padres, eslavos, emigraron allí por motivos laborales. El resto es una historia llena de fútbol y cicatrices, de éxitos planetarios y zozobras entre tormentas y bombas. En ... realidad, el croata -en España militó en el Real Madrid, Barcelona, Oviedo y Sevilla- no se sabe muy bien si llegó a la Liga demasiado tarde o demasiado pronto. Genio incomprendido y grácil. Fútbol sutil, hippy. De aire bohemio y soñador. Contracultural. Incluso hoy, que atiende al teléfono a ABC desde su casa, responde con ese ritmo pausado con el que pisaba el cuero cuando pensaba y pensaba en las minas del medio campo, siempre lejos de cualquier cadena esquemática. De números y matemáticas. Fue campeón de Europa con el Estrella Roja en 1991. Además, lideró una de las mejores Croacia de todos los tiempos. Sí, en el Mundial de 1998, cuando terminó tercera. Efectivamente, quizás faltó tiempo para terminar de entender a un poeta del fútbol. Inacabado, sí, pero siempre genio con pies de brasileño y rostro de rockstar.
-Imagino que verá el Oviedo-Barça.
-Sí. Estoy muy contento por ver el Oviedo en Primera después de muchos años. La ciudad vive para el fútbol, para ver este tipo de partidos. Es lo que más entusiasma sin duda. La afición es enorme, fantástica. Eso sí, será complicado enfrentarse a este Barça de Flick. Están faltos de puntos. Solo ganaron a la Real Sociedad… Bueno, no sé, se presenta un partido atractivo, aunque lógicamente los culés son favoritos.
-¿Le ha sorprendido Flick?
-Creo que Barça y PSG son los mejores de Europa. Me habría encantado que se hubieran enfrentado en la final de Champions, pero no pudo ser. Tiene un equipo con jóvenes, pero la presencia de veteranos como Lewandowski es clave. Un fútbol muy de ataque, muy atractivo. Juegan con la línea muy arriba, y a veces descuidan cosas en defensa. Eso les costó la derrota contra el Inter. A Flick le faltó la Champions, pero la temporada fue sobresaliente.
-¿Pedri recuerda al mejor Prosinecki?
-Me han preguntado mucho por él. Futbolista de mucho talento que hace jugar bien al Barça. Él y Yamal son enormes. Tienen un nivel altísimo. Claves también para la selección.
-¿En qué está cambiando el fútbol? ¿Hay quizás más espacio para el jugador robotizado en detrimento de la fantasía anárquica?
-Mucho, pero todavía se juega con balón. Hay algo que no ha cambiado, y es que siempre se pregunta por los mismos futbolistas, que son quienes marcan la diferencia. Sí, Messi, Cristiano … Ya se sabe, pero ellos necesitan al equipo para ganar títulos. Para que Vinicius, Modric o Lamine brillen necesitan a tipos como Belodedici, en su día indispensable también con nosotros en el Estrella Roja. Es el único jugador en ganar la Copa de Europa con dos clubes del este. Líbero tremendo, enorme. Puede que no cuajara del todo en el Valencia, pero su trayectoria no se discute. Me quito el sombrero con él. Imagino que recuerdas su primera contra el Barça en 1986. Ese Steaua hizo historia en Sevilla.
-Ha citado a Modric. Titular indiscutible en el Milán con 40 años. ¿El mejor croata de todos los tiempos?Aunque está usted, Savicevic, Boban, Suker, Jarni...
-Él tiene algo especial. Juega para el equipo y en la selección marca los tiempos en todos los sentidos. Si hay que acelerar o frenar… Todo pasa por él, sus pies, su cabeza. Soluciona problemas fácilmente. Es muy inteligente, y aunque no tenga el regate de Savicevic u otros, marca la diferencia en otros aspectos.
-Esa generación de estrellas procedente de la antigua Yugoslavia se divertía jugando al fútbol. Parecían indolentes, con ese aire desenfadado y genial, pero disfrutaban. Hoy esa sensación la producen muy pocos futbolistas. Lamine y poco más.
-Yo jugaría al fútbol sin cobrar. Si pudiera, lo seguiría haciendo. Es la única diferencia, creo. Eso es todo.
-¿Luka Modric juega por dinero? ¿No lo hace por diversión? Si tiene 40 años...
-Quizás él no. Todo menos una rémora. Sí, rectifico, puede que juegue también por diversión, pero no es la tónica general. Además, no querría relacionar la diversión con el dinero. Ronaldinho ganaba mucho y era de esos que jugaban para divertirse. A eso me refiero. No sé. En nuestra época no se pensaba mucho. No había tantas distracciones, ni redes sociales, ni vídeos por TikTok… Nada de eso. Se leía el periódico al día siguiente, poco más. Hoy es todo inmediato, todo se devora enseguida. En mi época no teníamos tanto marketing. Lo respeto, sí, pero es lo que hay.
-Gana la Copa de Europa en 1991 contra el Marsella de Papin y Stojkovic, que venía de eliminar al Milán de Sacchi. En ese momento, usted es el mejor de Europa. Le llama el Madrid. ¿Quién? ¿Mendoza?
-Las dificultades fueron muchísimas. Comenzó la guerra, y por si no lo sabes, hasta ese momento, los futbolistas yugoslavos con menos de 28 años no podían salir de allí. Yo era croata y jugaba en Serbia… Entonces, se inició el conflicto. Por eso me dejaron salir, porque al no existir Yugoslavia como país este veto había caído.
-¿Quién le llamó?
-Mendoza. Pese a tener ofertas de otros clubes de renombre, le di la palabra a Ramón. No me lo pensé.
-¿La guerra provocó indirectamente que usted se lesionara tanto?
-Claro que influyó. Imagino que habrás visto, leído u oído lo terrible de aquello. Estar lejos de allí me hacía pensar demasiado. Mi familia estaba en Zagreb. No podía verlos ni prácticamente hablar por teléfono para saber cómo estaban. No quiero hablar de esto, pero obviamente uno estaba tensionado.
-En el Madrid también le recordamos atusándose el pelo en los córners con esas jugadas laboratorio de Floro.
Antic, Beenhakker, luego Floro… Cuando llegó Valdano, me marché un año cedido al Oviedo. Era la época de los tres extranjeros y demás. Luego, sí, llegó la Ley Bosman. En el Madrid, durante esos años, pasaron Hugo Sánchez, Rocha, Hagi, Zamorano, Redondo...
-Y en el Oviedo cuajó su mejor año en España. Con Radomir Antic en el banquillo. Además, no se lesionó. ¿Por qué?
-No lo sé, la verdad. Año magnífico. Jugué muy bien, en parte gracias a la confianza del técnico. No tuve problemas físicos, así que todo muy feliz. ¿El clima? Ya sabes cómo es Oviedo. Ciudad pequeñita, con gente maravillosa, y sobre todo un equipazo. Estaban Berto, Oli, Carlos, Armando, Cristóbal, Janko, Jokanovic, Sietes, Mora… Creo que quedamos octavos. Ganamos al Madrid, empatamos contra Barça y Atlético. Un año inolvidable, con la afición muy enchufada desde el primer momento.
-Al Madrid llegó como la gran estrella, con expectativas altísimas, pero nada. ¿Cómo superó todo eso?
-No fue fácil. Sí, llegué como estrella, y un año entero me quedé sin jugar. Lesiones, una detrás de otra, muy seguidas… La gente diciendo que eres de cristal… No es sencillo para un jugador joven que vivía solo, lejos de la familia. Fue una gran experiencia para el futuro, algo que me hizo madurar, crecer mentalmente. Ser más fuerte, sin duda.
-Tras el Oviedo, Antic se lo quería llevar para el Atlético. Al final, usted prefirió el Barça y los rojiblancos acertaron con Pantic y ganaron el doblete.
-Todo correcto. Así es la vida. En ningún momento me comprometí con el Atlético. Era una opción real, sí, con Jesús Gil, pero mi representante me dijo que me quería Johan Cruyff para el Barça. Hablamos del más grande, luego ahí se terminó el debate. Ya está. Me fui allí. Lo que hizo como jugador y entrenador fue algo magnífico. Me ilusionaba jugar para él.
-El Dream Team ya había prácticamente terminado. Él, sin embargo, ¿por qué seguía siendo tan especial?
-Si hoy se sigue hablando del tiki-taka es por Cruyff. Viene de ahí. Ha hecho del fútbol algo distinto, innovador. Por no hablar de los títulos, con esa Copa de Europa contra la Sampdoria, las cuatro ligas seguidas… Su forma de ser, de explicarte cómo tienes y debes jugar. Fue único, en definitiva.
-Pero a usted no le fue nada bien en Barcelona. Ni con Robson.
-Todos comentábamos sorprendidos cómo se acercaba el Atlético al título. Nadie lo imaginaba al inicio. Antic fichó algunos jugadores del Albacete descendido, a Pantic, que venía de Grecia… Pero temporada impresionante.
-¿Se arrepiente de no haber fichado por ellos?
-No, para nada. Pocos futbolistas en el mundo pueden decir que han jugado en el Madrid y Barça. Creo que ocho en total. Me siento un privilegiado, porque son los clubes más grandes.
-Luis Enrique fue compañero suyo tanto en el Madrid como en el Barça.
-Luis y yo llegamos al Madrid en 1991. Un ganador increíble. Un luchador, un ex futbolista polivalente. Con muchísima personalidad. Ya conocemos también su carrera como entrenador, donde ha hecho historia. En el Barça fue incluso capitán. Indispensable siempre.
-Al Barça llegó Luis Enrique en 1996, ya con Robson y Mourinho. Usted estuvo algunos meses todavía allí.
-Mou era el traductor del técnico. Pero también ejerció de ayudante, ya que el fútbol lo conocía muy bien en todas sus esferas. Estuve seis meses allí con ellos, y solo tengo buenas palabras. Gran relación con José. Todo el mundo dice que es arrogante, pero se trata de un genio. Su carrera le avala.
-¿Ya perdonó a Blazevic, su seleccionador en el 98, que le dejó en el banquillo en al semifinal?
-Ya he hablado mucho de él. Era mi entrenador en el Dinamo de Zagreb, y cuando decidí marcharme al Estrella Roja dijo que no haría nada en el mundo del fútbol. Los últimos años de su vida quedábamos a menudo para tomar café. Éramos vecinos. Una persona impresionante, un gurú. Alguien distinto. Un domador de egos. Lo que hizo con Croacia es para enmarcarlo eternamente.
-¿La Croacia del 98 o la del 2018?
-Nosotros teníamos una generación buena. Un pequeño país de menos de cuatro millones de personas que es tercera en su debut mundialista. Llegar hasta allí fue como ganar. No sé si fuimos la mejor generación, porque la de Rakitic, Modric o Mandzukic acabó subcampeona. Nos mejoró.
-Pues a mí me parece más genial la suya que la de Rakitic y Modric. El fútbol no como profesión sino algo mucho más serio: un juego.
-¿Sabes? Estoy de acuerdo. Mi filosofía de fútbol es esa. Ahora, cuando dejemos la entrevista, me voy a poner a ver vídeos en Tik Tok de Ronaldinho, mi jugador favorito. Es algo especial que no se puede explicar. Un genio.
-Usted fumaba, se prestó para la publicidad de Prosikito… Gente algo díscola, que mimaba el balón. De la que ya no existe.
-No lo sé. Hay jugadores con mucho talento, pero creo que en nuestra época nos divertíamos mucho más.