Messi enciende la Liga con un triplete en el Bernabéu que vale tres puntos de oro

Los primeros cuarenta y cinco minutos fueron trepidantes. Un toma y daca donde las delanteras de ambos equipos ganaron las partidas a dos defensas que sufrían muchísimo, sobre todo por su banda derecha. Ninguno de los dos Danis, ni Carvajal ni Alves, encontraron ayuda alguna en Bale y Neymar. Encima, el madridista pecaba de inexperiencia y el azulgrana de kilómetros en sus piernas. Por ambos flancos diestros se cocerían tres de los cuatro tantos del primer acto.

Pronto, a los siete minutos, veríamos el primero. Xavi ve a Messi sólo en tres cuartos del campo y el argentino, con todo el tiempo del mundo para pensar qué hacer, ve la internada de Iniesta por la izquierda, asiste al de Fuentealbilla y éste bate a Diego López con un zurdazo que se estrella en el larguero antes de besar las mallas. Se le ponía muy temprano de cara el partido el Barcelona. Sería por poco tiempo. El tango de Di María estaba por llegar.

El argentino, en apenas seis minutos, jubiló a Alves con dos asistencias de gol y otros dos pases que no acabaron en tanto de milagro. Todas rematadas por Karim Benzema, otrora gato, hoy felino. En el minuto doce, sólo cinco después del tanto de Iniesta, el galo dio el primer aviso. Su chut se fue al primer anfiteatro cuando era más fácil remachar el centro de Di María que hacer un ensayo. En las dos siguientes, el francés no perdonó . Primero, en el veinte, remató de cabeza un buena rosca del argentino para hacer el empate. Valdés colaboró lo suyo al anteponer una foto a una parada. Su manopla izquierda de mantequilla al intentar detener el cabezazo de Karim no estuvo a la altura de su categoría. Cuatro minutos después, Di María repetía baile sobre Alves, asistía a Benzema y el ariete blanco, tras un bello control con su muslo derecho, fusilaba al portero azulgrana desde el área pequeña ante la atónita mirada de Piqué y Mascherano. En un pis pas, el Madrid le había dado la vuelta al partido y pudo de matarlo si en la enésima rotura de Di María al lateral brasileño del Barça no le hubiera «salvado el culo» Piqué al sacar en la raya de gol el remate de Benzema.

De ahí al descanso ambos equipos se dieron una pequeña tregua tras unos 25 primeros minutos cardíacos. Eso sí, los de Ancelotti se la tomaron con más calma y lo acabaron pagando. Su presión en el área del Barcelona hacía sufrir, y mucho, al equipo de Martino. Pero cuando lo hacían con la mirada y dejaban la pelota en manos de los bajitos como si estuvieran en el salón de su casa saltaba la alarma roja. Eso sucedió al filo del cuarenta y cinco. Una pared entre Neymar y Cesc en la frontal del área acabó en un barullo en el punto de penalti y un balón suelto en la pierna del peor enemigo blanco, Messi, que con un disparo seco al palo izquierdo de Diego ponía las tablas cuando ya muchos se habían ido a por el bocadillo y la cerveza

La segunda mitad comenzó como la primera. Con un ritmo trepidante y ocasiones por ambos lados. Esta vez, el tempranero tanto vino del lado blanco. En el minuto cincuenta y cinco, zancadilla de Alves a Ronaldo fuera del área que el colegiado señaló como penalti (3-2). Undiano Mallenco le devolvía al Madrid y a Cristiano el penalti que le birló en el Camp Nou . Pero sería por poco tiempo. Diez minutos después, el navarro se inventó otro penalti, esta vez a favor del Barça, cuyo daño fue al cuadrado para los de Ancelotti: también incluyó una roja a Ramos.

De los tres penaltis, Undiano falló en dosLa jugada empieza en una asistencia mágica de Messi sobre Neymar que supera en velocidad a Sergio y a Marcelo. Ya dentro del área blanca, el brasileño nota el aliento del sevillano y se deja caer. Undiano pica, pita penalti y echa a Ramos. El golpe de efecto al partido era tremendo. Faltaban 25 minutos y el Barça, con uno más, estaba a un tanto de poner la Liga patas arriba. Y la puso. Y, de nuevo, lo haría desde el punto de penalti.

A falta de diez minutos para el final del choque, Alonso derribó a Iniesta en la lateral del área y Messi puso el 3-4 definitivo. A esas alturas del partido, pensar en un nuevo empate era una quimera. Los de Ancelotti, exhaustos, y con diez, no tenían fuerzas ni para sacar de banda, mucho menos para igualar un partido que les deja sin liderato. A falta de 27 puntos para el final del campeonato, las medidas de la Liga se ponen más picantes que nunca: Atlético (70), Real Madrid (70) y Barcelona (69).