fútbol internacional
El PSG sigue gastando millones de euros en fichajes, pero ya no quiere megaestrellas mundiales
Luis Enrique, entrenador del club francés, encantado con el cambio de filosofía: «El líder del equipo es el club»
Al Khelaifi - Mbappé, una guerra sin final: el jugador reclama al PSG el pago de 100 millones
Sorteo de la Copa del Rey hoy: horario, canal de televisión y dónde ver online los partidos de dieciseisavos de final
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónLa ostentación ha dado paso a la normalidad, y el París Saint-Germain (PSG) empieza a parecer un equipo de fútbol de verdad, no de cartón piedra. Es pronto para sacar conclusiones, pero lo innegable es que ahora el club francés llama más la ... atención por el juego y los resultados que por la nómina de estrellas mundiales que pueblan, poblaban, su vestuario.
Como en todos los países, el campeonato francés (Ligue 1) ha parado por los partidos de las selecciones nacionales. El PSG se fue al descanso como líder en solitario después de ganar los tres partidos disputados y presenta un balance goleador de 13 a favor y solo 2 en contra.
Son datos excelentes, pero nimios. El club parisino ha dominado en Francia durante los doce últimos años. Desde 2012 acumula diez campeonatos de Liga, siete de Copa y diez Supercopas. Los torneos domésticos han sido la pobre tabla de salvación a la que se tenía que asir tras sus fracasos internacionales.
Entonces, ¿qué ha cambiado ahora? Básicamente, la plantilla y la forma de gestionarla. Sobre el césped y en los despachos. Con la marcha de Kylian Mbappé al Real Madrid, el vestuario quedó vacío de figuras. Sigue habiendo excelentes futbolistas, pero ya no quedan jugadores de fama y renombre universal cuya imagen y todo lo que les rodea traspasa, para bien y para mal, los límites del puro fútbol.
Partícipe de esa transformación, todavía inacabada, es Luis Enrique, entrenador español que aterrizó en el Parque de los Príncipes hace un año. El técnico asturiano aboga por un juego colectivo en el cual la presión y el trabajo conjunto pesan más que las individualidades. Resumió su idea con una frase pronunciada en pretemporada: «El líder del equipo es el club; y los jugadores, a dar el máximo».
La evolución del PSG circula en paralelo a su historia. La entidad parisina, nacida en 1970 de la fusión del París Football Club y el Stade Saint-Germain, logró el ascenso a la máxima división en 1974.
Tras ganar una Liga (1985-86) y dos Copas (81-82 y 82-83), en 1991 Canal Plus, que ya era patrocinador principal, se convierte en dueño del equipo. La intención de la cadena de televisión gala, habituada a moverse en el mundo del fútbol, era situar al PSG en la pasarela de los grandes clubes europeos. Contrataron a Raí, delantero estrella del Sao Paulo y hermano pequeño de Sócrates, leyenda brasileña. Posteriormente llegaron, entre otros, el liberiano Weah o el también brasileño Ronaldinho.
Los años pasaban y los resultados no eran acordes a la inversión. El PSG seguía siendo un club sin pedigrí europeo ni triunfos destacables, así que en 2006 los responsables de la televisión gala decidieron desprenderse de sus acciones. La entidad acabó en manos de varios fondos de capital, tanto locales como extranjeros.
Este movimiento interno no sentó nada bien al equipo, que se quedó a tres puntos del descenso dos años seguidos. Y no hubo fichajes de relumbrón más allá de Makelele, notable centrocampista que llegó a París de retirada.
Fue el preludio de la gran revolución que vendría de Oriente. En 2011, Qatar Investment Authority (QIA), fondo soberano del país asiático, compra el 70% de las acciones. Nasser Al-Khelaifi fue nombrado presidente del club y en marzo de 2012 el Estado catarí adquiere la porción de capital que le faltaba y se convierte en dueño absoluto.
Es ahí cuando comienza la nueva era del PSG, la del gasto exagerado en contrataciones de entrenadores y, sobre todo, futbolistas. Así, en la temporada 2011-12, el club parisino desembolsó 84 millones de euros en fichajes. Llegaron buenos jugadores, por ejemplo Pastore y Matuidi, pero los nuevos dueños querían algo más. Deseaban que el mundo conociera por fin al PSG.
Y a partir del curso 2012-13 su forma de proceder habitual sería comprar lo que se les antoja sin tener en cuenta el cómo ni el cuánto. Vieron en el escaparate de un club histórico, el Milan, dos valiosos refuerzos y sacaron el talonario: 42 millones por Thiago Silva y 21 por Ibrahimovic. Completaron la plantilla con dos estrellas internacionales de primer orden: Carlo Ancelotti como entrenador y el famosísimo David Beckham, jugador inglés que llegó libre.
El esfuerzo tuvo recompensa. Veintisiete años después de su último título de Liga, el PSG volvía a proclamarse campeón. Siguiente objetivo: sentarse en la mesa de los grandes de Europa.
En la temporada 2013-14 se gastaron 136 millones de euros. Cavani (65 millones) y Marquinhos (32) fueron los más caros. Además, decidieron darle la dirección técnica a un reputado entrenador y exjugador galo: Laurent Blanc. El PSG ganó la Liga, la Copa de la Liga y la Supercopa francesas, y cayó en cuartos de final de la Liga de Campeones ante el Chelsea. El curso siguiente, 2014-15, solo desembolsaron 50 millones, eso sí todos en la adquisición de David Luiz, un central brasileño para reforzar la línea más débil del equipo. Hicieron pleno de títulos en Francia, pero volvieron a ser eliminados en los cuartos de la Champions, esta vez ante el Barcelona de Guardiola.
Lo de Europa empezaba a ser obsesivo, así que en la temporada 2015-16 la inversión volvió a dispararse: 116 millones de euros en total, la mitad empleados en el fichaje estelar de Ángel di María (63 millones). De nuevo lo ganaron todo en su país y de nuevo cayeron en cuartos de la Liga de Campeones. Les eliminó el Manchester City.
Erre que erre, el PSG gastó otros 135 millones en el curso 2016-17. El alemán Draxler (36) y el luso Guedes (30) fueron las grandes inversiones. Y pagaron 25 millones al Real Madrid por Jesé. Ese año se quedaron sin Liga y sin Champions, así que optaron por una medida desesperada: pagaron 222 millones para arrebatarle al Barça una de sus estrellas, el brasileño Neymar.
También llegaron Dani Alves (libre) y un proyecto de figura, Kylian Mbappé, cedido por el Mónaco con una opción de compra obligatoria que se haría efectiva un año después. El PSG siguió gastando cantidades ingentes: 95 millones (2019-20), 62 (20-21), 91 (21-22), 147 (22-23) y, como traca final, 455 la temporada pasada.
Sin embargo, durante esos últimos años el impacto popular de las estrellas, o el brillo futbolístico de las verdaderamente mediáticas, fue decreciendo. Vistieron de azul Leo Messi, Icardi, Sergio Ramos, Kolo Muani o Keylor Navas. Y a base de dinero y fama, el PSG dio el salto y se ha convertido en uno de los clubes poderosos de Europa.
En el último mercado de verano, el equipo parisino invirtió 170 millones, pero con un nuevo matiz. Ya no hay megaestrellas mundiales. Ahora destacan indistinta y brillantemente Barcola, Dembelé, Hakimi o Neves. El PSG ha decidido que quiere ser un equipo.
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete