«Tres días después de lo sucedido, Eva lucha por comprender la magnitud de lo que ha vivido —publica el periódico galo—. Situada frente a la tribuna de la afición visitante para hacer fotos, fue objeto de repetidos insultos desde el comienzo del partido».
Y lo que tuvo que escuchar es repugnante: «N°49 (dorsal de su peto de fotógrafa), no seas tímida, respóndenos», «N°49, danos tu Snap (red social Snapchat)», «¡Perra, responde!», «¡Estás buena, te voy a follar!» o «¡Quítate la ropa y enséñanos el coño!» A pesar de que había varios guardas de seguridad cerca, ninguno hizo nada.
«Ya no veo fútbol, me da asco»
«Si hubiera estado sola, no habría podido continuar. Me habría ido», confiesa Eva, que ya había vivido una experiencia similar en el campo del Lens. La compañera, Sarah, llegó más tarde, con el partido ya empezado. E inmediatamente fue objeto de idénticas vejaciones verbales.
Después de contar lo sucedido, han recibido mensajes de apoyo de los dos clubes que jugaron el partido, de la Liga de Fútbol Profesional gala, y de la Unión de Periodistas Deportivos de Francia (UJSF). Las reporteras barajan presentar una denuncia, pero dudan. No saben si servirá para algo. «Ocurre en cada partido, me pregunto si es esto lo que quiero seguir haciendo —confiesa Eva con amargura—. He perdido la pasión por este deporte, ya no veo fútbol. Me da un poco de asco».
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