El Rubiales más íntimo: un «luchador» de Motril que ni fuma, ni bebe, ni huye de los líos
El presidente de la Real Federación Española de Fútbol visita este martes 'Chester', donde abordará junto a Riso Mejide su faceta más personal
Luis Rubiales: «No puedo garantizar que no me metan un saco de cocaína en el maletero»
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Iniciar sesión«Soy un luchador. Cuando yo nací, teniendo un mes, mi hermana cayó sobre mí y me partió las dos piernas. El médico le dijo a mi padre que iba a ser de todo menos futbolista». Así definió su propia historia de superación Luis Rubiales ... , que sí consiguió ser jugador profesional pese a la sentencia del doctor, para después presidir la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE) y dar el salto luego a la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), donde manda desde 2018.
Nacido en Las Palmas el 23 de agosto de 1977 pero criado en Motril, donde su familia se mudó cuando él apenas tenía unos meses, este futbolista de los despachos ha tenido que capear todo tipo de temporales desde que ganó las elecciones que destronaron a Villar.
Sabe qué se siente al lograr un ascenso a Primera -lo hizo con el Levante de Preciado en 2006- y también ha saboreado la satisfacción de terminar una carrera y surcar por la infinidad de oportunidades que a un futbolista con estudios se le presentan una vez colgadas las botas.
Sus frentes abiertos
Ya al frente de la AFE, a Rubiales no le tembló el pulso cuando la única posibilidad de reivindicar mejoras en los derechos sociales de los futbolistas de categorías más bajas era ir a la huelga, aunque eso supusiera frenar partidos importantes.
Desde que inició su 'reinado' en la RFEF, las batallas que ha tenido que librar el presidente se cuentan por decenas, especialmente las que mantiene con Javier Tebas, presidente de LaLiga, en un enfrentamiento institucional que con cierta periodicidad mide egos y poderes sobre un ring imaginario.
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Rubiales no huye de las guerras, al revés. Las asume, las capea, a veces las crea y sobre todo siempre defiende su posición. Lo hizo a los pocos meses de llegar al sillón presidencial cuando 'se cargó' a Lopetegui a dos días de arrancar el Mundial y se aferró a su integridad; lo hace manteniendo a Vilda al frente de la selección femenina pese a las críticas; y lo hizo en abril de 2022, tras destaparse el 'caso Rubi-Piqué', cuando denunció que había «mafiosos» detrás para desestabilizar a su junta.
«Un saco de cocaína en el maletero»
Aquella revelación puso patas arriba el fútbol español tras conocerse que el por entonces jugador del Barcelona había hecho negocios con la RFEF para llevar la Supercopa de España a Arabia Saudí. Un escándalo para muchos por el dinero en juego con un futbolista en activo de por medio que derivó en una rueda de prensa aclaratoria del presidente Rubiales que aún hoy se recuerda.
«Ya en las elecciones sufrí ataques, no he parado de sufrirlos desde que he llegado. No ha habido ni una sola semana sin ataques hacia mi persona y a mi gestión de la institución, pero este de ahora está fuera de todo límite», denunciaba ante los medios.
«Yo soy un hombre normal de 44 años, de Motril, yo no tomo alcohol ni fumo pero no puedo garantizar que mañana me metan un saco de cocaína en el maletero», detalló, en una 'performance' que ya es historia de la sala de prensa de la Ciudad del Fútbol.
Este martes, Rubiales se sienta en el 'Chester' de Risto Mejide donde mostrará su lado más personal e íntimo, el de ese niño que soñaba con ser futbolista pero que nunca perdió de vista los despachos, donde se mueve como nadie y lanza los libres directos -y a veces indirectos- con más fuerza y precisión que cuando vestía de corto.
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