Juego de despachos
Rocha, el florero imputado
El poder reacciona con fuerza al enroque de la Federación mientras el ridículo del fútbol español sigue distrayendo a la población
La imputación judicial de Rocha devuelve a la RFEF al laberinto
Periodistas y directivos tuvieron un día intenso este viernes con la doble imputación (una judicial, otra administrativa) de Pedro Rocha, pero a la afición lo que le importó fue el bajonazo reputacional del cacereño frente a los juzgados: fue grabado mientras hablaba al móvil consigo ... mismo para tratar de esquivar a la prensa. Tras el espectacular golpe de autoridad del jueves, presidente virtual ya de la RFEF, su vida experimentó una triple cabriola encadenada que sólo 24 horas después le sitúa otra vez al borde del precipicio. Hace falta una piel muy gruesa para resistir simultáneamente al Tribunal Administrativo del Deporte, a la juez Delia Rodrigo y a un nuevo pero demoledor enemigo: la sátira popular, que arrastra necesariamente a unos medios gobernados por la dictadura del clic. A ellos se sumará el Gobierno, que ha pasado en dos meses de ser su principal bastión a probable ejecutor de la inhabilitación.
A Rocha le sonó el móvil en plena ficción, sólo un rato antes de que pasara de testigo a imputado «por su propio bien», según le dijo la jueza. El extremeño necesitaba imperiosamente un abogado. Otro rato después, el TAD decidió abrirle expediente tras tomar en consideración la denuncia presentada por Miguel Ángel Galán. Sólo Galán confiaba por la mañana en la inhabilitación de Rocha, mientras prensa y 'establishment' aseguraban su coronación transitoria hasta las elecciones de otoño: el berenjenal federativo había demostrado ser inexpugnable.
La RFEF ha conseguido en unos años equiparar su nombre al término 'corrupción', opacando las muchas cosas buenas que hacen sus técnicos. Se parece a la FIFA de hace una década, además, en otro rasgo: sólo la Justicia es capaz de ventilar el sistema. El juzgado 4 de Majadahonda no parece creerse que Rocha fuese sólo un florero de Rubiales, como dijo Javier Tebas. Y el poder da señales de agotamiento: por algo ha pedido ayuda a la FIFA. La falta de control de la estructura federativa en año de Eurocopa, y con la perspectiva del Mundial 2030, comienza a resultar estupefaciente.
Rocha explicó a la juez que decidió despedir recientemente a varios directivos imputados porque la RFEF necesitaba «estabilidad» y no estar «en todos los medios». Pero el extremeño no ha seguido su propio ejemplo. Su comunicado vespertino de resistencia, «avalado por el apoyo de más del 75% de la Asamblea de la Federación», es el enroque del enroque.
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