Violencia en el fútbol regional: «Si no actuamos rápido, los matan»

Lo ocurrido al final del duelo de la Primera Andaluza entre dos equipos que pelean por disputar el playoff de ascenso a la División de Honor resultó dantesco, aseguran personas que se encontraban en el campo. Como ocurre en todo encuentro de fútbol máxima rivalidad, hubo los habituales piques entre jugadores, pero nadie pudo intuir la trifulca que se desató tras el pitido final cuando los jugadores visitantes se encaminaban hacia su vestuario. «Varios miembros de nuestro equipo fueron agredidos con una bestialidad que yo llevaba mucho tiempo sin ver en un campo de fútbol», explica a este periódico Óscar Garvín, que a través de la empresa Gestar Sport dirige actualmente la gestión del Racing Portuense.

Tanto este histórico del fútbol gaditano como el Puerto Real apenas tardaron unas horas en condenar los incidentes y, en el caso del conjunto local, también de actuar de manera tan rápida como contundente, un gesto que agradecen sus vecinos. «Desde nuestra entidad anunciamos que se ha procedido a dar de forma inmediata de baja al jugador que de forma deplorable ha agredido en la mañana de hoy a un jugador visitante», anunciaba el club puertorrealeño a través de un comunicado.

El jugador expulsado por el Puerto Real, Javier R., propinó una brutal patada en el pecho al visitante José Zambrano y otras tres cuando ya había caído al suelo, según detalla el propia futbolista del Racing Portuense en sus redes sociales: «No suelo poner nada por aquí, pero lo que ha pasado hoy en el campo de Puerto Real ha sido una auténtica vergüenza».

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No fue, sin embargo, el único jugador golpeado. «Cuando Salvi intentó mediar, varios rivales salieron corriendo a por él. Si no intervenimos pronto, lo matan», asegura Garvín. Peor suerte corrió su compañero Borja. «Le reventaron un ojo y la nariz», añade. Afortunadamente en las gradas, en las que había una nutrida presencia de seguidores del Racing, reinó la cordura y nadie perdió los nervios.

La presencia policial también ayudó a apaciguar la tensión de un duelo que pudo llegar caliente por lo sucedido en el encuentro de la primera vuelta, suspendido por el árbitro. «Aquel día se sintió intimidado por varios jugadores», aseguran desde el Racing Portuense. Esa tarde pudo dejar cuenta pendientes. «Puede ser –explican– porque el partido de este domingo transcurrió por los cauces normales de un encuentro de máxima rivalidad, no hubo un detonante para que comenzaran las agresiones. Sin embargo, al acabar el duelo, varias personas que estaban en la banda, junto al banquillo local, salieron al campo a agredir a nuestros jugadores».

«El Puerto Real en sus 92 años de historia jamás ha permitido ni permitirá tales acciones. Pedimos disculpas a la afición presente y le desea al jugador del Racing Club Portuense una pronta recuperación», reflejó en su comunicado el club puertorrealeño.

El Racing Club Portuense, por su parte, también rechazó rechaza y condenó enérgicamente a través de un comunicado cualquier acto de violencia en defensa de la deportividad y el juego limpio». «La violencia no tiene cabida en ningún ámbito de nuestra sociedad, menos aún en el fútbol, en el cual los valores deben reinar por encima de la rivalidad deportiva».

«Elogiar el comportamiento mostrado por nuestros aficionados desplazados así como de la mayoría de la afición local que sí representa el señorío y saber estar de un club vecino donde nuestros enfrentamientos en la historia siempre ha reinado la cordialidad», destacó la entidad presidida por Jesús Rodríguez.