El año más oscuro de Piqué: separación, las polémicas con Rubiales, ausencia de títulos... y retirada

Pese a que en su faceta como hombre de negocios, con su empresa Kosmos y su labor al frente del Andorra como principales banderas, va viento en popa; el rendimiento en el campo del defensa, de la mano de la mala racha del Barça y su reciente separación de Shakira han hecho de 2022 uno de los años más oscuros de la trayectoria del futbolista.

La pasada temporada, Piqué encadenó una serie de molestias físicas que le impidieron formar parte del equipo en el tramo final del curso, el más decisivo. El Barça no atravesaba su mejor momento y, además, se había visto condenado a disputar la Europa League -donde fueron eliminados a la primera-, firmando un triste año sin títulos en el debut de Xavi pese a la, para algunos, balsámica victoria al Real Madrid por 4-0.

Piqué apenas jugó tres partidos de Liga entre abril y mayo por los problemas en el aductor que le apartaron del terreno de juego. Además, su relación de altibajos con Xavi y el auge de otros jugadores más jóvenes parecían augurar para él mucho tiempo de banquillo. Algo que se ha terminado por confirmar en el presente curso, donde el jugador sólo ha entrado de inicio en cinco partidos de Liga de doce disputados.

Otro de los puntos más polémicos de la actualidad deportiva del presente año con Piqué como protagonista es su relación con el presidente de la Real Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales, y los negocios entre ambos.

Cuando a mediados de año salieron a la luz los audios que confirmaban su relación comercial, la opinión pública se echó encima de presidente y jugador. El hecho de que un futbolista en activo contribuyera a la celebración de un torneo, la Supercopa de España, en un país extranjero para obtener beneficio económico fue tan mal visto por algunos que, incluso, la futura Ley del Deporte incluye una cláusula contra estas prácticas.

Aquellos intercambios de mensajes y de negocios entre 'Geri y Rubi' pusieron en el foco de la crítica a Piqué, que se vio obligado a ofrecer una rueda de prensa masiva a través de Twitch -uno de sus canales de comunicación predilectos- para ofrecer explicaciones.

Precisamente en Twitch y en su incursión en el mundo de los eSports o su participación activa en la organización del célebre 'Mundial de globos' junto a Ibai Llanos ha residido una de las quejas más recurrentes de la afición culé, que temía que el futbolista pudiera perder concentración en el campo al tener tantos frentes abiertos fuera de él.

Una preocupación compartida por el entrenador, Xavi Hernández, tal y como él mismo se lo hizo saber a Piqué en una reunión entre ambos en la que, además, le transmitió que no iba a ser titular indiscutible en la presente temporada.

Gerard Piqué siempre se ha encontrado cómo en redes sociales, donde ha disfrutado de su faceta de provocador para divertirse, algo que siempre ha reconocido. Ese tipo de comportamiento le ha aportado miles de aplausos y la misma cantidad de detractores, colocándole siempre entre los jugadores más mediáticos de España.

En el plano personal, su sonada separación de Shakira tras diez años de relación y dos hijos en común, ha terminado por poner la puntilla a un año en el que el contraste entre el éxito de sus negocios y los altibajos deportivos y personales -tras el fin de su unión, ha iniciado una nueva relación- han sido el guion habitual.

La dura batalla por la custodia de sus hijos y el dramático divorcio, que no parece haberse efectuado de la forma más amistosa, es la gran mancha personal del curso para el jugador, que ha optado por darle un giro a su vida con la retirada.

El punto y final a un 2022 en el que el éxito de proyectos como la nueva Copa Davis no sirven para equilibrar una balanza lastrada por las críticas, los cuestionables negocios, sus incursiones en redes sociales -a menudo polémicas-, su bajón en lo deportivo o su delicada situación personal.

Con el anuncio del adiós -«este sábado será mi último partido en el Camp Nou»- se abre la veda de la especulación sobre su futuro. Ha demostrado que es un as en los negocios y despachos y quizá el próximo en el que se desenvuelva como pez en el agua sea el que ahora ocupa Joan Laporta.